Presentación 2 - Los atletas

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Adoptaron el mismo punto para el resto de las entrevistas. El jardín de la escuela resultaba el escenario perfecto para grabar con virtual privacidad durante horas de clases, y mientras los tres chicos que seguían de la lista se hacían puyas entre ellos, la cámara fue instalada para dejarlo todo listo, bastando únicamente con presionar un botón.

—Antes de empezar, quisiera saber qué hicieron las elementales para su introducción —dijo el rubio con aspecto de típico atleta popular que exudaba confianza con su cabello perfectamente peinado con un copete que desafiaba la gravedad—. No es que me importe, es mera curiosidad.

—¡Apuesto a que hicieron su ridícula rutina como si fueran de esas niñas mágicas de caricatura! —irrumpió el chico más robusto con un mohicano, metiéndose a cámara y riendo como tonto.

—¡No creo que se hayan atrevido! —replicó el rubio, dedicándole una mirada a los documentadores como si esperara que lo desmintieran, pero ante su silencio no pudo evitar sonreír con incredulidad—. ¿O sí? ¿Lo hicieron? ¡No! ¿En serio!

—¿Podríamos empezar de una vez? —El tercero de ellos, de cabello revuelto y castaño, mantenía su distancia con expresión de impaciencia—. Sólo puedo quedarme unos diez minutos.

—¿Por qué? ¿Tienes algo más importante que hacer que practicar con nosotros para el gran juego? —preguntó el rubio, mirando con suspicacia a su compañero.

—Es que... tengo una clase de regularización para mantener el promedio.

El más brusco de los tres se acercó de improviso y lo rodeó de los hombros con un fuerte apretón de oso.

—¡Naaah, eso que te lo crea tu abuela! ¡Seguro vas a verte con una chica! ¡Ya dinos quién es, bro!

—¡Que no es nadie... y me estás asfixiando! ¡¿Podrías soltarme ya?! —el chico huraño consiguió soltarse después de mucho forcejar, llevándose las manos al cuello para aliviar la tensión—. ¡En serio deberías aprender a medir tu fuerza!

—Muy bien, muy bien, ya que el señorito debe marcharse pronto, será mejor que hagamos esto de una vez —concluyó el rubio con un tono incisivo y una sonrisa forzada, tras lo cual el chico del mohicano adoptó de inmediato una pose de defensa.

—¡Estoy listo, bro! —exclamó, flexionando los brazos como si intentara mostrar los músculos mientras el chico rubio se colocaba en posición y señalaba a la cámara.

—Les daremos un mejor espectáculo que las elementales.

Los documentadores no hicieron comentario alguno, pero se podía percibir en el aire lo que pensaban del trío. Se limitaron a seguirles la corriente y dejar la cámara rodando mientras se colocaban en posición, con el chico del mohicano colocándose al frente de todos y sosteniendo una pelota de futbol debajo de él.

—¡Dos-ocho-once! ¡Formación gravitacional! ¡Que Aquiles muerda el polvo! ¡Ahora! —exclamó el rubio justo detrás de él y el del mohicano lanzó enseguida la pelota por debajo para que él la recibiera, mirando luego a la cámara con una sonrisa llena de confianza—. Yo soy Ace y soy capitán del equipo de futbol.

Para la siguiente toma, el chico del mohicano tenía de nuevo la pelota entre sus manos, pero esta vez corrió de un lado para otro dando gruñidos hasta detenerse justo ante la cámara, con su rostro ocupando casi toda la imagen.

—¡Yo soy Beau! ¡Tacleador estrella! ¡Ja!

Fue la última toma la que les costó más trabajo sacar, pues el chico de cabello revuelto se mantuvo de pie con los brazos cruzados, negándose a cooperar.

—¡Bro! —gritó Beau fuera de cámara.

—No, gracias, así estoy bien —replicó aquél con el gesto enfurruñado.

—¡Vamos, broooo! —insistió Beau desde algún lugar a la derecha de la cámara.

—¡Que no! ¡No me prestaré para hacer el ridículo!

—Quizá la gente prefiera en ese caso ver fotos de cuando eras pequeño —intervino entonces Ace, asomándose a un lado de la pantalla con expresión conspiradora—. Da la casualidad de que traigo aquí un álbum tuyo...

El chico se crispó de inmediato y casi saltó encima de su compañero, intentando arrebatarle el álbum mientras el otro se limitaba a levantar el brazo y esquivarlo.

—¡No, no, aguarda! ¡No puedes, no...!

La táctica resultó exitosa, pues para la siguiente toma, él ya estaba de vuelta en su posición con gesto de hartazgo, obligándose a hacer una seña hacia alguien fuera de cámara para comenzar. Un balón salió volando desde algún lado y él saltó para atraparlo, aterrizando en el mismo punto y dando un suspiro de resignación por lo que tendría que hacer a continuación.

—Soy Evan y soy receptor del equipo de futbol. —Apenas había terminado de decir su frase cuando un borrón veloz surgió desde un lado de la cámara, tacleándolo y sacándole el aire, para a continuación desaparecer ambos de la imagen.

Nadie hizo nada por pararlo, ya sólo quedaba la última sección de la entrevista y lo único que tenían que hacer era la última pregunta y terminar con eso de una vez, así que esperaron pacientemente a que se reunieran de nuevo en sus posiciones anteriores para que así hablaran sobre su contribución al baile.

—¡Somos atletas! ¡Nosotros no contribuimos, el baile nos contribuye! ¡Já! —exclamó Beau, flexionando los brazos con fuerza como si estuviera en un campo de futbol.

—No queremos sonar arrogantes, pero así es como funciona: jugamos, ganamos partidos, y los eventos son básicamente en nuestro honor —respondió Ace con total seguridad y un toque de presunción—. No tenemos tiempo para ocuparnos en nada más que el juego. Bueno, excepto para tomar clases privadas con alguna maestra sexy, al parecer.

—...No van a dejarlo pasar, ¿verdad? —dijo Evan con otro suspiro.

—¡Nop! —dijo Ace categóricamente, sonriendo a la cámara.

—¡Picarón! —Beau no tardó en aparecer a un lado de Evan para picarle las costillas.

—¡Auch! ¡Hijo de...! ¡Que me rompiste las costillas con tu tacleada, animal! —reclamó Evan, doblándose de dolor.

—¡Uuuy! ¡Pues qué delicadito saliste, bro!

—¡Muy fácil decirlo cuando no tienes una mole de 120 kilos tomándote desprevenido!

—¡Ya no chilles! ¡Ni aguantas nada! —se burló Beau mientras que Ace aprovechaba su discusión para tomar la delantera y dirigirse a la cámara.

—Pero si quieren saber cuál será nuestro papel en el baile, eso es fácil. Los atletas destacamos, y eso es lo que mejor sabemos hacer —dijo Ace con la mirada fija en la cámara, comandando atención, mientras detrás de él continuaba el intercambio de los otros dos, que ya iban en Evan retando a su compañero con un "¡Quiero ver que lo intentes con alguien más a ver si le parece tan gracioso como a ti!" a lo que Beau respondía con un "¡Pan comido! ¡Observa y aprende!"—. Y, si algo podemos prometer, es que no querrán perderse lo que tenemos planeado para esta noche... Será para morirse.

Su sonrisa misteriosa duró apenas un par de segundos antes de lanzar un grito al ser tacleado sorpresivamente por Beau, volcando la cámara de paso.

Slasher HighDonde viven las historias. Descúbrelo ahora