Capitulo 2

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Yo estaba en otro borde

Yo estaba en otro  borde
pero esta noche aunque era mediodía adiviné una nueva provincia de la muerte y hasta  un desconocido formato del amor

-De todas las personas, de todas las idiotas qué hay en este mundo, ¡TENÍAS QUE SER TÚ!- pensó la peliverde cuando el director le pidió que hiciera de tutora para la señorita Noceda,

Ahora ambas se hallaban en la biblioteca, las clases habían terminado, -Ambas Podrán permanecer al término de las clases para estudiar, de esta manera no afectarán sus clases regulares- había dicho el Director, la peliverde quiso objetar, no podía llegar tarde a casa, Pero el director no aceptó un NO por respuesta, -¿Te parece si empezamos?- pregunto Luz con algo de temor, Ciertamente se había enfrentado a una salvaje ese mismo día en la mañana, pero esto era diferente, no podía describir la sensación que esa joven frente a ella causaba en su interior, Era como si el vacío amnésico se fusionara con náuseas.

-Necesito que me entregues el examen que hiciste, de esa manera podré crear un plan de estudio adecuado para ti- Hablo la Bligth con seriedad, No había otro sentimiento que fuese destacable en su voz, Luz la miró confundida, Antes le había parecido una maniática que Gritaba por todo, Pero ahora viéndola de cerca, solo era una chica. Su cabello verde estaba perfectamente peinado en una media coleta, no había cabello alguno que estuviera fuera de su lugar, sus ojos eran un reflejo vacío y oscuro pintado de oro.

-Claro- respondió la castaña acercando un par de hojas engrapadas hacia la otra, amity las tomó sin mirarla, sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro sobre el papel, su rostro dibujaba frialdad, La castaña jugó con sus dedos hasta que la peliverde se puso de pie, Luz la miró con desconcierto.

-¿Es todo?- pregunto al ver a Amity guardar el examen en su mochila, los ojos miel se posicionaron sobre ella, -Escucha esto con atención- ordenó con una voz tan áspera que hizo que luz tragara saliva.

-No me interesas, No te conozco, pero sé quien es tu hermana, Si mi padre o alguien se entera de lo que viste ese día, Acabaré contigo, Con ella y con todos los que quieras, No quiero ser tu amiga, Siendo sinceras No me importas en general, pero te ayudaré porque el director me lo ordenó, Yo te dire cuando, donde y tu solo debes obedecer y otra cosa, yo nunca me meto en problemas, así que no interfieras con mi vida- escupió como si hablara con un animal que era incapaz de entender, La castaña frunció su ceño, No era solo una chica, Era una idiota. -Ahora me escuchas tu- Respondió Luz caminando hacia ella con la cabeza en alto, -No me interesa quien demonios te crees, No me importas, Fui una idiota, No me interesa si tu estupido novio y tu se golpean y actúan como si fuese normal, Si no quieres Ayudarme poco me importa, Solo voy con el director y le digo que no cooperaste, Es simple y créeme que jamás me interesaría una idiota prepotente como tú- Dijo con una frialdad que la peliverde no pudo evitar sentir, sus palabras cortaban como un cuchillo, Amity quiso responderle, Sentía que explotaría, Ademas de hacerle perder el tiempo esa "Inadaptada " se había atrevido a responderle, Luz tomó su mochila y salió de la biblioteca sin decir más dejando a la menor atrás, amity abrió la boca con sorpresa la extraña la había dejado con las palabras en la boca y con un sabor amargo.

Luz camino entre las calles apenas iluminadas mientras se recriminaba el haber dicho todo eso, Había mentido, Mintió al decir que no le importaba, No la conocía, pero cada vez que recordaba la mirada de miedo que vio en ella cuando la miró por primera vez, Luz se llevó la mano al pecho y apretó con fuerza, -Es como comer Helado de fresa y atún- susurró mientras fruncía el seño molesta por su propia moral

...

La luna brillaba en el cielo, La brisa ligera levantaba apenas las ojas que caían en el suelo,
Aún recordaba la primera vez que sintió ese miedo, la primera vez que su su rostro ardió ante la realidad de que el amor duele, El siempre era indiferente y tenía un temperamento fuerte, Era hombre después de todo, pero aún así le dolió La primera vez que él le pegó,

Un golpe fue suficiente para que ella quisiera llorar, su mejilla le dolía, No siempre fue así, el la hacía brillar, el hacía que todo fuera menos doloroso, Ella quería recordar eso ahora que en su mirada solo veía oscuridad y odio.

-¿¡me crees idiota!?- Pregunto el rubio tomándola con fuerza por los hombros, la peliverde negaba mientras contenía las enormes ganas que tenia de llorar, -No te miento- hablo con temor a ser callada con un golpe, El muchacho la empujó provocando que cayera de espaldas, -Te lo juro, el director me pidió que ayudara a esa chica y yo, yo no pude negarme, traté, pero- Dejo de hablar cuando noto que el no la escuchaba, Antes no era así, el podía escucharla hablar durante horas, él podía ser su confidente y compañero

Sus ojos rojos parecían hundidos en la oscuridad, -¡No me importa lo que diga el director!, Tu vas a venir conmigo apenas acaben las clases, Te estuve esperando como un idiota durante una hora, no fuiste al entrenamiento de Fútbol- hablo con furia, amity sintió como una fuerza se pocisionaba sobre su cabeza, Hunter la tomó por el cabello descuidadamente, -Te amo y si me mientes, te mato- susurró mientras su mano áspera recorría la delicada piel de la chica deteniéndose en su mentón y forzándola a que lo mirara a los ojos,Amity asintió, -Lo lamento- se disculpó sintiendo como una lágrima escapaba de sus ojos, el muchacho negó con la cabeza mientras sus ojos destilaban dolor, -Realmente te amo ,Ams- le dijo mientras acercaba su rostro , la joven solo pudo tragar saliva, Esa era su vida, Su destino, Para eso existía, para que algún día llegara a casarse con Hunter, con ese muchacho que todos consideran perfecto, Con el aprendiz de su padre, ella sería igual a su madre.

-Te amo- susurró pasando su mano entre el cabello rubio, Ambos se miraron sin saber cómo seguir,  solo eran títeres, Eran niños que trataban de vivir sin saber cómo hacerlo
, -No me dejes- pidió el rubio para luego terminar desapareciendo aquella Cruel distancia que los separaba.

Amity cerró los ojos ante en ligero y suave tacto de los labios dulces del que era "el amor de su vida"

En su mirada vio libertad, Vio la inmortalidad que deseaba, pero al final la luz que perseguía terminó consumiéndola, Quizás la libertad no existía en realidad.

¿Te conozco?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora