❝El destino sabe a caramelo❞
Juzgar a un libro por su portada lleva a Jungkook directo al desastre, cuando descubre que posiblemente su "bully" personal es literalmente lo opuesto a aquello que le muestra. El chico que le molesta desde el sexto grad...
ㅡ¿Personaje favorito?ㅡ cuestionó Jungkook, haciendo referencia al libro del cual habían estado hablando las últimas dos horas, Una Lista Peligrosa.
Habían acordado mutuamente dejar de pelear mientras hablaban sobre los libros; ahora, estaban en una sesión de preguntas para conocer lo que a cada uno les gustaba de la lectura. Jimin estaba por responder la interrogante número 5 del azabache, quien no parecía tan interesado al tema; mientras que Jimin no podía dejar de dibujar estrellas sobre los orbes avellana del menor.
ㅡQue pregunta tan cliché, niño.ㅡ bufó el pelirrojo, evitando la mirada del chico quien le lanzó su más profundo fastidio con aquellos ojos que le hacían delirar.
Habían dejado la música clásica por petición del roñoso azabache, ahora escuchaban a Imagine Dragons. Y aunque al pelirrojo no le agradase demasiado la música popular, no objetó nada. Jimin estaba al tanto de los gustos de su dongsaeng, así que sabía a lo que se atenía cuando le cedió el poder de lo que fueran a escuchar.
ㅡSólo responde y ahórrate tus comentarios.ㅡ le lanzó un cojín marrón, que adornaba la cama del anfitrión.
Jimin lo atrapó audaz, mirándolo mal. ¿Intentó atacarlo? Bah~ estaba seguro que mentalmente había hecho más que "atacarlo". Sabrá kamisama cuántas veces lo asesinó en sus pensamientos.
ㅡCandace, definitivamente Candace.— respondió sin dudar, ignorando la violencia y centrándose en la libreta entre sus manos, donde había estando haciendo apuntes de su sesión con preguntas.
ㅡ¿Qué? ¿Por qué? Es una perra.ㅡ reclamó, integrándose más al tema que llevaban tocando desde horas atrás.
ㅡ¡Hey! No insultes a Candace.ㅡ amenazó, aunque sus palabras fuesen vacías. No podría hacerle daño incluso si lo insultase a él, y vaya que lo hacía.
ㅡOkey okey~ ㅡ alzó sus palmas en señal de derrota, haciéndose notar inocente. ㅡ¿Pero por qué es tu personaje favorito?ㅡ quiso saber, tomando una postura recta y curiosa.
ㅡPor eso, todos la toman como una perra.ㅡ su respuesta fue simple, pero escondía más de 6 huecas palabras.
ㅡ¿Así que te gustan las perras sin corazón, eh?ㅡ la coquetería en su voz hizo enrojecer levemente al mayor.
ㅡN-No me refería a eso, idiota.ㅡ bufó, haciendo reír al menor. Segundos más tarde, el pelirrojo se unió a su burbujeante risa. ㅡQuiero decir, siento que es un personaje odiado con prejuicios. Okey, sí, es una perra y trata mal a todos, ¿pero alguien se puso a pensar por qué?ㅡ señaló a Jungkook con su bolígrafo, haciendo dinámica su explicación incluso si no tomase en cuenta lo que fuera a decir. ㅡSólo deseaba su atención.ㅡ concluyó, como si se tratara de algo obvio.
ㅡ¿Tú... molestarías a alguien sólo para llamar su atención?ㅡ le miró con incredulidad, como si la psicología inversa fuese a servirle para ganar su cometido. Tener la razón.
ㅡSí.ㅡ ni siquiera dudó en responder.
ㅡSí, parece tu estilo. Vamos, hay muchas otras formas de conseguir atención.
ㅡ¿Así? ¿Cómo cuales?ㅡ le miró interesado al tema, quien sabe, podría conseguir alguna nueva forma de conquistarlo. Se le agotaban las ideas.
ㅡRegalarle golosinas.ㅡ una boba sonrisa adornó sus labios, llevando su mente hacia el recuerdo de cierto admirador secreto. Era sorprendente como es que podía hacerlo sentir mejor con sólo un par de versos.
ㅡ¿Así como tu ciego enamorado?ㅡ soltó con diversión, mirándolo burlón.
ㅡEres tan groseroㅡ gruñó, evitando el impulso de lanzarle lo primero que tuviera a la mano. ㅡÉl es un chico agradable.ㅡ defendió, cruzándose de brazos e instalando un tierno puchero.
ㅡSólo porque te da golosinas.ㅡ dijo con obviedad, regresando la vista hacia su libreta.
ㅡ¡No!ㅡ negó rápidamente, sacudiendo sus hebras azabache de un lado a otro. En total negación. ㅡSus notas.ㅡ murmuró, ligeramente apenado. Pareciendo que contase su más profundo secreto.
ㅡ¿Qué tienen sus notas?ㅡ no se atrevió a despegar la vista de lo que escribía, avergonzado de que su mirada delatara cualquier indicio.
ㅡSiento muy al fondo de mí que me conoce tan bien que sabe que decir cuando lo necesito.ㅡ suspiró, realmente quería saber quien era. ㅡEs como...
ㅡA lo mejor tiene telequinesis, y es un fenómeno.ㅡ interrumpió, desesperado por romper el ambiente que se había formado.
ㅡQue chistoso.ㅡ bufó, sarcástico.
ㅡ¿Qué sucede si es feo? ¿O tiene barros? ¿O está calvo? ¡O peor aun! ¿Qué sucede si es el ser que más odias en el mundo?ㅡ cuestionó, riéndose en la cara del azabache enamorado. Sus intenciones no eran molestarlo, pero necesitaba desviar la atención.
ㅡEl físico no importa, el chico misterioso me ha ganado con sus palabras.ㅡ replicó, decidido. Definitivamente no le importaría quien fuese, aunque quizás se estaba precipitando.
ㅡ¿Me lo dice el chico prejuicios?ㅡ lo miró juguetón, mordisqueando la base del bolígrafo que había estado usando.
ㅡ¡Ya te dije que no soy prejuicioso!ㅡ exclamó, fastidiado.
ㅡDemuéstralo.ㅡ le retó con la mirada, haciendo fruncir el ceño del menor.
ㅡ¿Cómo?
ㅡTe reto a salir conmigo una semana, si para el final de la semana te sigo pareciendo el ser más despreciable y molesto de la Tierra, te daré...ㅡ pensó, sin saber que ofrecerle. ㅡ... Te daré una canasta repleta de golosinas.
Pequeñas galaxias brillaron en el de ojos avellana ante la mención de azúcar que ensuciaran su sistema, ¿quién podía rechazar caramelos tan a la ligera?
ㅡ¿A qué te refieres...con salir contigo?ㅡ el brillar de su mirada se opacó en duda.
ㅡNo sé, salir en citas o así. Conocernos mejor, no sé.ㅡ se encogió de hombros, restándole importancia a su necesidad por pasar más tiempo con él.
ㅡ¿Y en todo caso de que tú ganes?ㅡ Jungkook realmente lo estaba considerando, no tenía nada que perder. Era una oferta tentadora
ㅡNada, ganaré el placer de verte tragar tus palabras.ㅡ sonrió con autosuficiencia, haciendo gruñir al menor.
Aquel comentario sólo pinchó el orgullo del azabache.
ㅡBien, trato hecho. Ve preparando bolsas enormes con gominolas.ㅡ amenazó mientras le tendía la mano para cerrar el trato, Jimin sonrió triunfal... Vaya que tenía enormes bolsas de gominolas, el pensamiento le hizo reír internamente.
Ambos estrecharon su mano aceptando el reto.
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