—¡Hay me duele mucho los pies! —protesté quejándome, por el largo camino hasta llegar a mi casa— No quiero seguir caminando, además estoy con mascarilla y hace mucho calor, ¿No podíamos salir más tarde? —mi madre mantenía la calma y tener paciencia—
—Ya falta poco —cargando dos bolsas— Esta es la ruta que siempre tomamos y no te cansas, tienes que adaptarte, estamos en pandemia.
—Como quisiera estar en la playa, comer un helado, mientras mis pies tocan la arena mojada —me imagine la escena en mi cabeza— o ver a un rato a mis amigas, como debería estar en esta época. ¡Ahora, no sé cuando volveré a verlas!
—Ya deja de quejarte y camina —avanzó el paso—
—Ah espérate no vallas muy rápido —trate de alcanzarla a su ritmo—
La verdad me da mucha risa recordar esto. Cuando llegamos, caí rendida al pequeño mueble de mi sala, era color mostaza. Donde vivíamos era un edificio grande, donde nosotras ubicábamos era en el piso 12, en un pequeño departamento con dos habitaciones y un baño, solo vivíamos las dos. Mis padres estaban separados desde hace mucho, ya era rutina vernos a las dos estar solas en este edificio, aunque tenía ganas de poder hablar con alguien, la verdad quería tener un hermano menor, de quien cuidar o alguien con quien poder hablar.
—Estoy aburrida —dije mirando el techo de la sala— ¿Puedo encender la laptop?
—No y ven ayúdame en la cocina, que en esta casa hay mucho por hacer
—Okey —me dirigí a la cocina, como si no hubiera descansado, como le dirían algunos estilo zombie— aquí estoy...mm..
Desde ese momento supe que nunca digas delante de tu madre que estás cansada. Te dirá miles de cosas que hay que hacer en la casa y te hará hacerlas. Después de ayudar a hacer el almuerzo, puse la mesa para almorzar en familia, cuando se me vino una gran idea.
—¡Mamá! ¿Puedo adoptar un perrito? —dije más animada que nunca— ¡Ándale! Yo lo pasearé, lo bañare y me encargare de él.
—Bueno en parte me parece buena idea —hablaba, mientras servía la comida— siempre me has pedido una mascota, bueno ahora que eres un poco más grande podemos ver cómo lo cuidas, eso te enseñara a madurar.
—¡Yei! Entonces voy a empezar a buscar en los sitios de adopción canina —salí disparada a mi cuarto— ¡Ya vuelvo!
— ¡Oye pero la comida se te va a enfriar!
A mi no me importaba la comida, ya quería que un compañero de aventuras este a mi lado, quería encontrar al perro indicado, que fuera diferente. Así que prácticamente no tenía ganas de comer, cuando encontré un anuncio de internet, a voz clara, leí.
—Se da en adopción a familia responsable, es un perrito de talla mediana, es lanudo con color blanco, con manchitas marrones, se llama Tobi —mire las imágenes, me convencí que era el indicado— bueno puede ser este, le avisare a mi madre —dije en mi mente pensando—
Sonó el timbre de mi casa, indicando que mi padre había llegado para almorzar, deje la laptop a un lado, para después continuar mi búsqueda. Y me reuní con mi familia,.
—Hola padre ¿Cómo has estado? —estaba un poco desanimada—
—Yo bien ¿Y tu? ¿Ya has hecho tus deberes de casa? —mi padre respondió revisando la comida en las ollas—
—Si, te estaba esperando para almorzar y te tengo una noticia, ya te la contaré mientras comemos —termine con una sonrisa—
—Oh, me parece bien —respondió con ironía—
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-Un año para ser feliz 💛//Akira Compa//
PoesíaEs mi primera historia espero que les guste \( ̄︶ ̄*\)) tratare de actualizarla seguido o cada vez que pueda