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Cerrando su casillero con una sonrisa, Jennie miró confiada a la alfa guardando sus libros a algunos casilleros de ella.

Lalisa Manoban había sido su amor platónico desde que había entrado a esa institución, y ese día por fin se sentía con el valor de poder entablar una conversación, la miró de reojo cerrar el casillero y mirar su celular antes de darse media vuelta y comenzar a caminar.

En realidad podía nombrar varias cosas que le gustaban de la alfa, aunque fueran meramente físicas en ese momento.

También le gustaba el misterio que giraba a su alrededor, la alfa sólo tenía una amiga, una beta pelinegra muy alegre con la que siempre comía, no había más amigos que hubiera visto ahí, ni posibles parejas, la alfa iba de salón en salón, comía, volvía a clases y se iba a casa.

Jennie sabía, porque ella también tenía clases con la alfa y si volvía al asunto se le estaba haciendo tarde por estar de boba viendo a la nada.

Se apresuró a caminar rumbo a su salón llegando antes que la maestra y tomar su asiento designado, ese dichoso año le había tocado al lado de la alfa que ahora estaba sacando sus cosas para tomar la clase.

— Disculpa —la llamo suavemente con una ligera sonrisa y la alfa girará a mirarla con atención— ¿Sabes si hoy van a entregar las calificaciones? —preguntó inocentemente manteniendo el contacto visual con Lisa—

La alfa desvío la mirada y luego la regresó respondiendo firmemente.

— La maestra Lee dijo que el día de hoy entregaría las calificaciones señorita —carraspeo lo último dando por terminado el pequeño intercambio de palabras—

Bufando ligeramente, Jennie vio su pupitre fijamente acomodando su cabello y sacudiendo ligeramente la cabeza, si se había esforzado como lo había hecho, ese mismo día tendría tutorías con la mejor de la clase.

Sonrió cómplice ante su pensamiento, si seguía así tendría clases particulares con Lisa.

Ella fácilmente podría ser la mejor de clase, no es que fuera tonta es que era tan buena que le daba pereza hacerlo, por eso se había esforzado en contestar mal el examen y tener poca participación.

Tan concentrada en sus pensamientos, Jennie no se percató de la cara sonrojada de Lisa, quien a duras penas podía procesar la vergüenza de hablar con una omega tan bonita y amigable.

Ese par de tontas.

Shy Shy Shy (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora