.°Capitulo 3.°

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Especial
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Madison Jones

Estaba desayunando muerta de la risa ya que me enteré que mis padres habían castigado a Dylan, y sí. Eso es posible.

Ya nos íbamos a el instituto cuando, me levanté cuando terminé de comer y fui directo a un espejo, me hice una cola alta viendo si combinaba con mi vestido, llevaba un vestido floreado que me llegaba a los muslos y unos zapatos converse.

Dylan iba saliendo hablando por teléfono con su hermana, avisándole que durará unos días aquí.

-¡Mi niña!- saludó papá algo nervioso- sabes que te amo, ¿Verdad?

-Eh... Claro- aseguré con el ceño fruncido.

-Eh... Se que tú querías un perrito- empieza y yo me emociono- pero- mi sonrisa se borra- por alguna razón la agencia de adopción... O como se llame... A enviado un...gato.

Lo miro de una forma extraña, a mi no me gustan lo gatos, rayos.

-P-pero a mi no...

-¡Perfecto! Sabías que lo entenderías- dice señalando un pequeño gato color gris.

El gatito estaba al pie de la escalera con una pose desafiante, mirándome con una seriedad increíble, todo se quedó en silencio cuando el gato intento darse la vuelta para subir las escaleras pero no podía por lo gordito y lo pequeño.

Se voltio y miro a Dylan que miraba todo en silencio, el gatito bufo y Dylan se apresuró para subirlo al piso de arriba en donde el gato ahora sí bufo y se fue contoneando su cola, e irse todo digno.

Miro todo en silencio, mi mirada se posa en Dylan que sigue confuso por la razón en que fue a socorrer al gato.

-Eh... ¡Bueno! ¿Y como le piensas poner?- exclamó mi papá sonriendo.

Lo pensé un momento, era un gato muy serio pero también algo regordete y pachonchito.

Ummm.

Pachonchito.

Sr Pachonchito

-¡Ya sé! ¡Se llamará Sr Pachonchito!-Exclamo dando aplausos.

Mi padre y Dylan me miraban como si les fuera dicho que mató a una persona.

-Deberias pensarlo tu sabes- mi padre parecía horrorizado.

-¡Sr Pachonchito será!- digo saliendo indignada por qué no les gusta el nombre.

Dylan entra en el carro y yo subo luego, el viaje es silencioso de mi parte ya que Dylan está cantando una canción a máximo volumen.

Yo cambio la radio pero para cuando escucho la canción que está pasando, Dylan y yo nos miramos con unas sonrisas maliciosas cuando suena nuestra canción en la radio

-¡RONCAN PERO NO PUEDE CON MI POM POM POM CON MI POM POM!- gritamos cantando.

-PERREANDO DURO, LE GUSTA...

Lo que hubiésemos sido "©"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora