[Se busca una madre] (Aizawa Shota) {Editando}

Capítulo 16

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UN CIERRE 

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Una pequeña manito topaba constantemente su hombro hasta el punto que sus ojos parpaderaron para luego ver que era Eri quien quería despertarlo. ¿Acaso ya habían llegado a la Universidad?

—Espere, aquí es mi parada— Karin, la tripulante extra había detenido al taxista frente al parque del café en donde trabajaba— Aquí tiene el pago de la vuelta, señor.— continuó la castaña mientras le extendía el dinero correspondiente al valor que marcaba el taxímetro. 

—Usted señorita no debería pagar, el señor debe hacerlo— Comentó sonriente el taxista mientras rechazaba el dinero a la castaña. Sin embargo su comentario no quedaba solo ahí— Una muchacha tan joven y tan guapa no necesita pagarme.— Aquella frase soltada había echo enojar a la castaña de coleta larga. 

—Disculpe, pero yo estoy diciendo que quiero pagar con mí dinero.— Karin quien mantenía su ceño fruncido, había remarcado claramente las palabras de pagar y mí dinero para no soltar un insulto frente a la pequeña quien miraba un poco desconcertada.— Así que por favor, acéptelo. 

—Dije que no lo haría.— Respondió cortante el conductor quien a traves del retrovisor miraba a la desafiante y explosiva mujer joven. Antes que la castaña volviera a contestar de manera más insistente y más enojada, el cansado adulto prefirio intervenir y poner fin a esa conversación sexista. 

—Yo también me bajo aquí— Interrumpió Aizawa con su voz algo ronca.— Tenga el diferido.— Mencionó de manera cortante mientras tomaba sus pertenecias junto a las de Eri— ven cariño— Dijo el pelinegro mientras le extendia sus brazos a la pequeña peliblanca de ojos color rubí. Por otra parte Masato esperó a que Eri estuviera fuera para solo dedicarle unas palabras al maldito conductor machista. 

—Púdrase en el infierno— Contestó con una sonrisa y a su vez le sacaba el dedo del medio. Claramente el conductor se enojó y estaba a punto de regresarse hacia la joven castaña, pero esta ya había salido. Vio a sus pasajeros al otro lado de la acera. 

—Maldita zorra.— Finalizó el taxista mientras se ponía en marcha. Condució hasta el siguiente semáforo y se detuvo cuando este había cambiado a rojo. No esperaba que un hombre de aspecto extraño halla subido a su auto cuando este estaba distraído—¿Que cará-

—Hacia Shibuya.

—¿Qué dijo?— Contestó extrañado pero su tono de no querer hacer lo que su pasajero le había ordenado se suprimió al ver como el filo de una pistola rozar su mejilla. 

—Muévete y no hagas nada inútil. 

Para mala suerte, aquel conductor había tenido el peor día de su vida. 

Regresando hacia los protagonistas de esta historia, Aizawa caminó junto a la estudiante con su hija en brazos hasta llegar a media cuadra en dirección a la cafetería. Eso le trajo brevemente el recuerdo del fatídico día donde había perdido y recuperado a Eri junto a un merecido golpe, aún el pelinegro desalineado no superaba el incidente. 

—Bueno Aizawa-san o Aizawa-sensei— Habló Karin con un poco de duda en su voz. Ella se había adelantado un poco para luego girarse en su dirección y continuar su mensaje con una pequeña sonrisa amistosa— Espero que estemos a mano y que no haya rencores por el pasado.— y acto seguido le había extendido la mano para finalmente cerrar el incidente.