Tres años después...Wilhelm.
Nos volvemos a encontrar ¿eh?
La luz del sol me da cierta incomodidad en mi rostro, haciéndome entrecerrar mis ojos los que están fijos en el gran ventanal frente a mí, esté que está permitiendo la entrada de la gran iluminación.
Me giró sobre la cama y veo que el lugar que debería estar ocupado, ahora está totalmente solitario. Recargándome sobre mis brazos miro a mi alrededor tratando de buscar con la mirada, sin embargo, la habitación también está vacía, a excepción de mí, claro.
Después de realizar mi rutina de las mañanas voy escaleras abajo, siguiendo el olor a panqueques. Entrar a la cocina y ver a mi hermano, Erik, cocinando ya es algo a lo cual estoy acostumbrado.
— ¡Hey! . — Saluda alegremente una vez que me ve entrar. — Te has despertado más temprano de lo habitual ¿eh? — Pregunta mientras sigue atento a la sartén sobre la estufa, y sí, es temprano aún a comparación de mi horario.
Apenas son las ocho de la mañana y yo ya estoy fuera de la cama, vaya, a veces me doy miedo.
— Lo sé, ha dejado las cortinas abiertas y todo el sol me estaba molestando directamente en la cara, detesto que haga eso. — Reclamó, y no es la primera vez que lo hago.
— No es para tanto, hombre, las personas suelen ser un poco despistadas. — Responde, esta vez ya ha dejado el desayuno sobre platos, limpia sus manos sobre su delantal y pasa a decorar los almuerzos.
Estoy recargado sobre el refrigerador y veo detalladamente todo lo que mi hermano hace, honestamente no sé qué sería de mí sin este hombre.
— Por cierto ¿dónde está? En mi habitación no estaba. — Pasó a su lado y tomó dos de tres platos para llevarlos directo al comedor.
Erik viene atrás de mí con el plato restante, ambos dejamos sobre la mesa estos desayunos.
— Ha ido a buscar café, ya sabes lo mal que está por eso. Según no puede desayunar sin una buena taza de café. — Dice, con cierto tono de fastidio, pero a su vez divertido.
— ¿Cómo es que la cafetería esté cerrada en pleno domingo? — Un portazo capta por completo mi atención, Erik no se molesta en voltear a ver. — Tuve que ir hasta el supermercado a comprar un frasco de café, para hacerlo yo sola ¡YO SOLA!, lo mucho que me gusta el café de esa cafetería. — Susmiko entra hecha un lío, y efectivamente trae en sus manos una bolsa plástica del supermercado.
— Cariño, creo que estás algo maníaca por esa cafetería. — Comento, siguiéndola con la mirada.
Susmiko entra directo a la cocina, desde mi lugar puedo verla preparar la cafetera.
— Puede qué tengas razón, pero no siempre vives frente a una cafetería, y aún mejor con librería incluida. Así que no creo ser una maníaca. — Contraataca desde la cocina.
Espero a que mi fiel compañera terminé de prepararse su café, esto para poder desayunar todos juntos. Mi hermano aún no toca su platillo ya que está bastante entretenido leyendo el periódico, como cada mañana.

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||FIRST MAN|| ♔ ʏᴏᴜɴɢ ʀᴏʏᴀʟs ♔
FanfictionWilhelm no ha sabido nada de Simon desde hace tres años, la gran aparición de su hermano, Erik, cambió repentinamente todo lo que tenía planeado. ¿Volverán a coincidir?