||FIRST MAN|| ♔ ʏᴏᴜɴɢ ʀᴏʏᴀʟs ♔

III. Siempre has sido tú.

Wilhelm.

Realmente no tengo idea si estoy apunto de hacer lo correcto, será que ¿ya estoy preparado? Demonios, claro que lo estoy, pero aún así no sé cómo es que reaccionaré al verlo después de tanto tiempo y para agregar más preguntas a mi cabeza ¿cómo es que él reaccionará? ¿Se emocionará al verme ó simplemente me ignorará? No lo sé, y si no lo hago nunca sabré.

Sin pensar más tomé las llaves del coche, un abrigo y salí al pasillo, pero mientras caminaba a las escaleras me devolví y dejé las llaves sobre la mesita de noche, termine cambiándolas por mis audífonos.

No me vendrá mal caminar un poco.

Al bajar las escaleras me encontré con Susmiko y Erik, ambos estaban en la sala de estar viendo su maratón de casos sériales, si me preguntan en qué momento ellos comenzaron a convivir mucho, créanme que ni yo mismo me he dado cuenta.

— Saldré, no me esperen para la cena. — Avise, dirigiéndome a la puerta.

La voz demandante de mi hermano me hizo girarme nuevamente a ellos.

— Son casi las nueve de la noche ¿a dónde es que vas? .— Preguntó, mientras giraba a ver la hora en el reloj pegado a la pared.

No quería mentir, juro que no quiero hacerlo porque al fin de cuentas él sabrá a donde voy. Erik lo sabe todo.

Ante mi silencio Erik habló, nuevamente.

— ¿Estás seguro de que quieres verlo ahora mismo? .— Fijo su mirada en mí, cobardemente yo la bajé. — Ve, ve y quítate esa duda, sé que eres tan desconfiando que no me crees que ya lo he visto.

— Sabemos que quieres verlo con tus propios ojos, y está bien. Solamente pase lo que pase no dejes que te afecte, también veas lo que veas debes aceptarlo. — Susmiko habló, sabía a lo que se refería. Ambos me dieron una sonrisa de boca cerrada.

— Sólo no llegues muy tarde ¿vale? Aquí te esperaré hasta que llegues. Llámame si necesitas algo. — Dijo él, serio, cuando finalmente yo ensanche una sonrisa.

— Gracias a los dos, les traeré algo de por ahí. — Mi impaciencia por irme de aquí no me permitió escuchar lo que dijeron.

Cerré la puerta detrás de mí y el clima helado me golpeó, estábamos en noviembre y el clima aquí ya era frío así que el abrigo que había decidido ponerme me cubría lo suficiente para estar cómodo.

Las calles de New York eran paz, y aún más a esta hora que ya no estaba muy transitada. Las tiendas por las que pasaba tenían gente en ellas ya que la noche de acción de gracias se acercaba, cada familia estaba preparándose para pasar la noche reunidos, familias...

Honestamente extrañaba mi casa, principalmente a George, Malin y por supuesto que a mi padre, él único que se esforzó en cambiar por mí, gracias a él ahora estoy aquí lejos de la vida que mi madre tenía planeada para mí. Aquí he empezando de cero con dos personas realmente muy importantes, Erik y Susmiko se han encargado de mi bienestar, me cuidan, Erik me esta haciendo ir a terapia para estar mejor mentalmente, la Psicóloga Val ha sido de mucha ayuda, me esta ayudando a conllevar mis problemas y la verdad es que lo agradezco, más que una psicóloga la veo como una gran amiga que me hace sentir en confianza y en un lugar seguro.

Caminando por estas calles mientras escucho música me hace sentir como un personaje sacado de una película, lo juro.

Según lo que Indica el mapa de mi celular estoy a una sola calle de llegar, así es ¿cómo es que unos cuantos pasos están decidiendo mi futuro? Cada que doy un paso me pregunto a mí mismo sí realmente quiero verlo ya, definitivamente tuve que ir con mi psicóloga y hablar de esto.