I Colores: Capítulo 2 I

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Capítulo 2: La estatua y la dama

Capítulo 2: La estatua y la dama

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I Omnisciente I

Agua... El sonido del agua chocando contra las piedras del fondo de una forma estrepitosa, pudiendo pertenecer únicamente a una cascada de pequeña magnitud; cascada que al verse simple, escondía algo realmente perturbador para la mayoría de las personas cuerdas.

Acompañando al sonido del agua, los gritos de un hombre que no podía moverse se oían en una zona vacía del bosque, acercándose a dicha cascada... El sujeto estaba siendo arrastrado contra su voluntad por una mujer que parecía no escuchar a la razón, pues su mirada vacía y su expresión lúgubre solo hacia la situación mas aterradora para el pobre hombre que dentro de nada, seria simplemente una víctima más de las desgracias de la vida.

- ¡Oye, detente! - Exclamo inútilmente al ser arrastrado por la mujer de desgastados ropajes y cabellera azabache - Suéltame ¡No eres mi esposa, suéltame! - Exclamo nuevamente en un vago intento de hacer reaccionar a la mujer que lo arrastraba a lo desconocido detrás de la cascada -.

El hombre en su terror exclamaba que lo liberase, pero la mujer en su trance lo ignoro, jalándolo a una especie de mesa de piedra donde apoyo su rostro, girándolo al lado opuesto a ella. La sonrisa de aquella extraña mujer era dulcemente aterradora, pero peor fue el sentimiento del pobre hombre, al ver la enorme estatua de piedra sin rostro que reposaba detrás de la misma.

La estatua que sostenía una enorme espada de hierro permanecía inmóvil, pero destilaba un aura de muerte y penuria... La espada de la estatua lentamente cayó a un lado, como si un peso ligero la hubiese hecho caer o si esta simplemente hubiera dejado de hacer fuerzas para tomarla.

No hubo gritos, no hubo escandalo... Solo el sonido del más perfecto corte hecho en la cara de aquel hombre, mientras su rostro caía a las aguas al pie de la cascada muchos metros abajo, y la expresión de la mujer seguía completamente intacta.

Esta volteo a ver a la estatua, cuyo rostro comenzó a deformarse hasta lentamente tomar la cara de aquel hombre ya sin vida... Haciendo sonreír a la mujer ampliamente y con alivio, aunque su felicidad fue efímera, pues el rostro de la estatua solo duro un par de segundos antes de deformarse nuevamente.

 La mujer soltó un grito de frustración tomando su cabello para que, al igual que la estatua, su rostro se deformara tomando una expresión fría y molesta.

- Así que esa tampoco es la cara correcta...- Dijo con un tono frustrado para darse la vuelta y tirar el cadáver por la cascada cayendo este hasta el fondo de la misma -.

Con molestia abandono el lugar mientras que pensaba una forma más sencilla de conseguir un rostro perfecto a su enorme estatua.

I Colores I Hyakkimaru x Reader IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora