"Una mirada al pasado"

1.9K 226 76
                                    

No me gusta recordar mi pasado, como acabé aquí, han sido muchos muros los que he tenido que saltar. Y ahora estoy tan cómodo aquí, en esta escuela, todos son muy amables. Y está él. . .

Pero de vez en cuando, es bueno recordar siempre que sean tiempos mejores.

No me acuerdo de mi madre, y mi papá no me hablaba mucho de ella. Las pocas veces que la mencionó fue con odio, así que llegué a la conclusión de que nos abandonó cuando nací. Pero nunca sentí su ausencia, papá se aseguraba de que fuera así, él era mi madre y padre.

Mi padre, era el mayor ejemplo para mí. Trabajador, cariñoso, ingenioso. Aunque tenía un trabajo mediocre se las arregló para pagarme la escuela y siempre que podía me llevaba a comer dulces, o inventaba juegos para entretenerme. Aprendió a coser para poder arreglarme la ropa que conseguíamos de cáritas, nunca me importo vestir de segunda o tercera mano, por más que me molestaran yo estaba orgulloso de llevar puestas horas de trabajo de mi padre.

Fui un niño feliz, aún sin tener gran cosa.

Cuando me acercaba a terminar la secundaria papá ya tenía un puesto decente y me complacía con mis caprichos, aunque le dijera que no necesitaba un teléfono móvil o zapatos deportivos. Él me decía que estaba bien, siempre que pudiera dármelo, que no me preocupara.

Pero de un momento a otro mi felicidad se hizo pedazos. Mi padre estaba teniendo dificultad para respirar desde hacía ya tiempo, y yo ni me había imaginado una razón tan horrible. Se le diagnosticó con cáncer de pulmón. Aparentemente los años de su juventud que pasó como fumador no lo perdonaron.

Tuvo que dejar el trabajo y hospitalizarse. ¿Y yo?, yo dejé la escuela y empecé a trabajar. No había una cura, ya era muy tarde para eso, pero si una operación para retrasar su avance por varios años, esa era mi única esperanza. Y mi obstáculo era el dinero, la operación era demasiado cara, ni siquiera con todos nuestros ahorros podíamos pagarla.

Yo conseguí trabajo en tiendas, sirviendo mesas, 3 o 4 turnos diarios. Pero no era suficiente.

Caí en desesperación y empecé a vender todas mis pertenencias, muebles, ropa, mi teléfono. Conseguí uno más modesto solo para poder estar al tanto de la salud de mi padre.

Me faltaba tan poco para conseguirlo, no me podía dar por vencido. Y aunque me avergüenzo toda la vida de lo que hice, llegué a robar, a involucrarme con criminales y contrabandistas.

Y al fin, después de todo un año de esfuerzo, conseguí la suma necesaria para pagar la operación. Pero cuando hablé con los doctores, me dijeron que ya era demasiado tarde, era terminal.

Me sentí tan impotente, después de hacerlo esperar tanto. Debí haber trabajado más, debí, debí. . .

Y como si mi padre pudiera predecir mis lágrimas me tomó de la mano y me sonrió a través de la máscara de oxígeno.

Recuerdo perfectamente lo que me dijo en ese momento: "Ya has hecho suficiente. Por favor, pasa el tiempo que me queda a mi lado."

Es cierto, pasé todo este año separado de él, debí pensar también en hacerle compañía. ¡¿Cómo pude ser tan egoísta?!

Así los días pasaron y la vida de mi padre se fue volviendo cada vez más frágil, marchitandose, hasta que sus últimos palabras salieron de sus labios cansados y exhaló por última vez: "Lo siento mucho, por haber sido una carga. Gracias por ser mi hijo."

🌙-¡NO! ¡Jamás! ¡Tú nunca fuiste una carga para mí! ¡Papá! No me dejes solo. . .

Aún recuerdo el insoportable pitido de esa maldita máquina.

"Me enamoré de mi sensei" (ShipAkaren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora