I- Retrospectiva.

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 ¿Sabes algo, Elfa? Los días me atraviezan empuñando una lanza de tiempo irreversible; y temo los días, porque no me llena la espera, porque cada vez más vacío me encuentro en estas ganas de verte.

Te espero vestida de Yavanna. Espero, que como aquella vez, coronada de flores, develes un bosque frente a mi y todos sus misterios. Me hagas beber nuevamente el dulce néctar de tan fulgurante ilusión, de tu suprema inocencia.

¿Mi vida? Amanece todavía húmeda de rocío, acomodada sobre el pasto, deslumbrada por el naciente —que sigue prefiriendo a cualquier alarma digital—.
Mas despierta para acabar con lo debido y arrastrarme de vuelta a la débil tonada de mi guitarra española, o al crujir de las cortinas púrpuras y cetrinas de Poe—igual que a él, me embargan de dañínas dudas—.

Misa no sospecha tu partida. No la odies, seguro estoy de que si puedes volver te seguirá adorando como lo hice yo—o tal vez más—. Pues ella sabe ser leal, leal como solo ella sabe ser.
Se mantiene a mi lado a pesar de las nubes grises y el tronar maldito de tan sórdida esencia. Como atenta terapeuta, tendida me escucha revivir día a día ¡Tan plenos momentos, Elfa! Nuestros, saturados de luz..:

~~~

  —This, the last room, is going to cost a little more.

  —Oh! it ain't a problem... So, all doubts clear, let's begin to unpack!

  —Ya está hecho— celebraba mientras contando el dinero del primer mes, descendía las escaleras del cuarto más caro de todos. Había logrado enganchar a otra pareja engreída que se sentía retada por el comentario "Es caro".

Aunque no necesitaba—ni necesito— mucho dinero, y mis lejanos padres (emprendedores triunfantes) se ocupaban de lo más importante del negocio.
Soy el encargado mientras no estan; y además, entretiene, pues poco tengo que hacer si también dejo de lado esto. Si contara, cuántas casi-coronas, cuántos casi-lo logro; perdería los dedos en la cuenta. Aún persiguiendome como sombra de tormenta que pugna su descarga, siguen estos fantasmas somnolientos del, <<¡Qué buena habilidad con la guitarra!>> o <<Tiene madera de arquitecto>>; mi descanso no arrebatan. Supongo me entregué a trabajos muy arduos en otras vidas, pues no me quedan fuerzas en esta.

  Aquel día parecía normal, obviando los nuevos inquilinos. Mi casa aunque amplia, no suele albergar tanto polvo; aprovecho cuando los cuartos estan vacíos para limpiar, pues solo vivimos Misa y yo. Lo único pendiente con regularidad es la basura que vierto en el cesto de la esquina, y de vuelta me quedo observando el ocaso, siempre a la misma hora.
Pero este día normal no era tal; no relucían los tonos púrpura y carmesí en el horizonte, no era la bienvenida a noche mi preocupación: en la cafetería de enfrente comenzaba a trabajar una chica nueva.
La vi llegar, con sutil paso adentrarse.
Era de tez clara, pálida como rosa blanca de invierno; los rizos en cascada sobre la estrecha espalda, claros y tenues, como ella. No era pequeño su tamaño ni extravagante su cuerpo, mas, bien repartido y simétrico, como contadas sus curvas, sus terminaciones, como diamante tallado.

Sin dudar demasiado, o tomar más dinero que el necesario para lo más barato comprar, cruce la calle, convencido de que este brillo no era usual; ella (estos rizos..sus caderas), flotaba sobre misterio.

Elixir de Yavanna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora