II: Extraña mordedura

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...

Los rayos del sol eran tan brillantes y cálidos que hicieron que me despertara, cuando me senté en la cama, sentí un dolor muy significativo en mi cuello. Examiné mis alrededores, noté que estaba que la posada Wangshu, pero ¿Cómo había llegado ahí...? Tenía los recuerdos difusos. Revisé una ves más, no se encontraba absolutamente nadie más cerca, pero había rastros de que sí hubo antes una presencia. Estuve analizando lo acontecido, y... ¡me di cuenta que tenía muchos vendajes por todo mi cuerpo!

No recordaba cómo me había hecho las heridas, no podía recordar con claridad lo que sucedió ayer, pero lo que sí sabía, era que había perdido demasiada sangre. Tenía mareos y mi cuerpo lo sentía muy pesado, síntomas de demasiada pérdida de sangre.

Paimon, mi compañera de viajes, casi le da un infarto ni bien me vio y no paraba de reprocharme que no sabía cuidarme lo suficiente. —Ves, ¡todo lo que pasa cuando no estoy!— la pequeña hada bufó.

Yo solo me rascaba la cabeza, cuando de pronto escuché un grito ahogado proveniente de mi pequeña compañera flotante, —Aether, ¿q-qué es eso?— Paimon me preguntó aterrorizada por lo que acababa de ver.

Auch, ¿qué cosa?— todavía seguía adolorido.

Paimon, no sé de qué habl..., ¡Ah!— vi una marca de una extraña mordida en mi cuello, estaba muy rojiza e inflamada, a gritos decía que era una mordida, se notaban bien pronunciadas las endiduras de los dientes en mi piel, lo más tétrico fue no recordar lo que pasó ayer, justo el día en que me mordió ese ser desconocido.

Hacía memoria, pero no lograba recordar nada, me comencé a cuestionar varias cosas.

Primero: ¿Qué estaba haciendo?
Segundo: ¿En dónde me encontraba?
Tercero: ¿Había almorzado? (XD)
Cuarto y más aterrador: ¿Qué... fue lo que mordió?

Palpé con mi mano izquiera la mencionada herida, sentía un dolor muy distintivo, —Ahg, ¡duele!—quemaba al mínimo tacto. Intenté palpar las marcas de los dientes con mis dedos y tratar de adivinar lo que me mordió, tenía... una peculiar marca Anemo, rastros de energía elemental, así que comencé a descartar a todos los animales salvajes, ya que estos no eran capaces de manejar tal energía elemental. Las marcas se asimilaban más a la mordedura de un ser humano, lo más probable era que me haya mordido alguien que tenga una visión Anemo, pero ¿quién podría ser? En Liyue habían muchas personas con visiones Anemo, así que me iba a ser complicado encontrar en el primer intento a la persona que me mordió.

...

Aún con dolor en mi cuerpo, salí del cuarto de invitados y me dirigí hacia el balcón de la posada, eché un vistazo hacia mi alrededor, todo estaba sumamente tranquilo. La suave brisa golpeaba mi rostro, los trinos de las aves, sin duda eran una melodía para mis oídos y los rayos del sol alumbraban con su tenue luz la entrada del balcón. Me quedé asombrado por la increíble vista. De todos mis viajes que había hecho, el lugar con los mejores paisajes los tenía Liyue.

Mientras yo contemplaba embelesado el panorama, me acordé del Dr. Baizhu, el mejor curandero de todo Liyue, sabía que él podría tratar mis heridas y si se da el caso, sabría qué fue lo que me mordió por mis lesiones.

...

Dicho y echo, fui a la famosa Farmacia Bubu. Allí se encontraba el mencionado Baizhu junto con su asistente Qiqi.
Muy buenas tardes, bienvenidos a la Farmacia Bubu— nos recibía con mucha amabilidad el doctor, a lo cuál yo respondí a su saludo y fui para que me hiciera mi consulta.

Desde Una PerspectivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora