CAPÍTULO 20

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—TAEHYUNG—

—¿Crees que está diciendo la verdad?— Le pregunté a JHope mientras me lavaba las manos en el fregadero de la cocina.

—Probablemente. No vea veo por qué alguien mentiría acerca de tenerla a ella como madre. — Presionó su nariz contra mi nuca e inhaló. Estalle en piel de gallina. —Creo que es lindo que pongas las galletas afuera en la cubierta a enfriarse—, dijo JHope, acercándose detrás de mí y presionando su cuerpo contra el mío.

—Esa es la forma en que YoungMi siempre lo hizo y es su receta. Tengo que hacerlo bien o no vale la pena hacerlo.

—¿Otra lección aprendida en rehabilitación?

—No, creo que fue de American Ninja Warrior.

—¿En serio?— JHope preguntó excitadamente tirando de mí más apretado contra él.

Me reí y sacudí la cabeza.

—¡Nooooo!— exclamé, golpeándolo con el plato en mi mano, dándole un último enjuague antes de colocarlo sobre el cuello del grifo.

—Mírate tú siendo todo doméstico. Eres como la señora de ese viejo espectáculo. ¿Como se llamaba? ¿Dejaselo a mi castor?

—Eso sería Leave It to Beaver*— lo corregí.

—Mierda, tienes razón, déjaselo a mi castor debe haber sido la parodia del porno.— JHope me jugo el cabello que pasaba el largo y rosaba mi cuello y después presionó sus labios contra la curva donde mi cuello y hombro se unían, arrastrándolos a través de mi erizada piel al lugar especial detrás de mi oreja haciéndome presionar mi culo de nuevo en él y la dureza que empujaba en mi espalda baja.

Incliné la cabeza para darle más acceso.

La casi inexistente barba de JHope cosquilleo mi piel mientras él besaba y lamía cada punto que me hacía codicioso de más. Estaba inundado de hormigueos y aleteos.

Y de ÉL.

Siempre ÉL.

Mis labios, mis pezones, mi culo estaban listos para su turno con sus labios mágicos. Pero él no tenía ninguna prisa. Traté de darme la vuelta, pero él me mantuvo en el lugar por mi cintura.

—No, HangSun. Estoy tomándome mi tiempo contigo hoy. —JHope agarró el dobladillo de mis shorts, arrugandolos en sus manos antes de tirar lentamente el algodón suave un poco hacia abajo. Sus dedos rozaron la piel desnuda en por encima del bello de mi verga, y me estremecí.

Estaba mojado, necesitado, listo para que él me doblara sobre el fregadero y tomara lo que era suyo cuando noté algo a través de la ventana de la cocina.

No algo.

Alguien.

Cinco dedos se acercaron a la cubierta.

—¡Mierda! ¡Mira! ¡Hay alguien ahí fuera! —Grité, señalando lo que acababa de ver. JHope inmediatamente salió de detrás de mí y cambió nuestras posiciones para que él estuviera de pie protectoramente delante de mí. El pensamiento de un intruso me tenía en pánico total, hasta que la mirada curiosa en la cara de JHope me hizo pensar que mi pánico podría haber sido un poco prematuro. Me giró hacia la ventana y señaló la mano. Él sonrió. Fue entonces cuando eché un vistazo más de cerca y noté que los dedos eran diminutos y unidos a una mano y un brazo igualmente diminutos y rechonchos. No podía ver la parte superior de la cabeza de nuestros pequeños invitados mientras ellos ciegamente palmeaba en la terraza, deben haber estado de puntas de pies mientras él o ella continuaban palpando alrededor de la terraza, hasta que su mano aterrizó en la parte superior del plato con las famosas galletas de chocolate de YoungMi. Primero desapareció una galleta y luego otra, las galletas casi más grandes que la mano del ladrón robándolas. JHope se acercó al deslizador y lo abrió silenciosamente.

06. El Renacer de Jung Hoseok ||HOPEV||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora