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Existen cosas peores, lo sabía, lo había vivido con sus propios ojos, una de ella era la traición de las personas que más había amado, pero por algún motivo, por algún tonto motivo, aún tenía esos tontos sentimientos.

Salvaba personas, ayudaba a todos los que podía, pero eso nadie lo sabía.

—Lo vagos como tú no logran nada en su vida, sería mejor que dejaras la escuela, muchos chicos con un buen futuro pueden ocupar el lugar que tú solo desperdicias—la maestra lo miro a los ojos mientras lo decía, como si no le importara para nada—Siempre llegas tarde y faltas a clases, eres una pérdida de tiempo, todos los profesores están de acuerdo, no quieren ocuparse de ti llamando a todas horas para poder entregar trabajos atrasados, hay alumnos que si cumplen, si no quieres cumplir entones no vuelvas—

Pero lo hacía, se esforzaba mucho, realmente le importaba.

Renjun miro la hoja entre sus manos, los profesores siempre decían cosas de ese estilo, no debería afectarle, pero realmente le lastimaba, sin importar cuanto intentara ignorarlo, le lastimaba porque realmente lo intentaba.

Había vuelto a reprobar la materia, había vuelto a un callejón sin salida, teniendo que pagar más a la universidad para dejarle avanzar, a este paso, Jisung saldría antes de la universidad que él.

Suspiro cerrando los ojos y mirando de nuevo la nota de la universidad en sus manos, una nota sobre volver a repetir la misma materia o la opción de tomar los cursos de verano, demasiado costosos, aquello le dolía, se había esforzado, entre detener crímenes menores y estudiar, al parecer ninguno lo había hecho bien.

Tendría que contarle a Mark, pedirle algo de dinero y con suerte, poder ir a los cursos de verano para no volver a repetir la materia otro año.

Pero si le contaba a Mark, si tenía que ir a los cursos de verano, entonces Mark no lo dejaría participar en más misiones durante el verano, lo que significaba dejar a Jisung y Mark hacerse cargo de todo, lo que lo haría sentir más inútil y preocupado de que algo les pase sin que pueda estar cerca, lo que seguro no le dejaría concentrarse en sus estudios y terminaría reprobando de nuevo.

—No creo que sentarse en una banca y lamentarse sea la forma más rápida de resolver tus problemas—escuchó una voz conocida al lado suyo, Renjun abrió sus ojos sacando su rostro de entre sus manos mirando hacia la voz, si hubiera sido otro tiempo, quizás solo le habría dicho que se largara y le dejara en paz, pero justo en ese momento, necesitaba mucho de alguien con quien hablar—Te ves horrible—

La linda sonrisa en su rostro, la sonrisa de luna que nunca desaparecía y siempre parecía tan linda frente a él, podía hacerlo derretir, sobre todo cuando pedía algo con esa mirada de cachorro a la que nunca podía decir que no.

—Jeno—

¿Cómo era que siempre aparecía cuando más lo necesitaban?

Quizás era un ángel de la guarda.

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—¿Quieres una taza de té? —Jeno camino dentro del departamento entrando a la cocina y abriendo una de las gavetas sacando una pequeña caja—Jaemin siempre compra té aunque ninguno tome ni un poco—

Renjun sonrió, aun se sentía un poco triste por la situación, talvez en su tristeza, su corazón se volvió demasiado sensible buscando algo de amor y consuelo, si lo pensaba así, no se sentiría tan mal de haber seguido a Jeno.

—Por favor—

Jeno le devolvió la sonrisa poniendo el agua a hervir, colocando la cafetera para él, tarareaba mientras preparaba las tazas y sonreía tontamente, Renjun se sentó en la barra de la cocina mirando a Jeno trabajar, como si estuviera en una clase de sueño, uno que no había visto o sentido desde hace tanto tiempo, que casi se había borrado de su memoria.

Fantasía [Norenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora