ENCHANTÉ / DANIEL RICCIARDO

12.

Lleno un globo mas con pintura antes de cerrarlo y acomodarlo en el pequeño recipiente donde estan los de color morado.

Observó el lienzo frente a mí y después desvió la mirada analizando que no me falte casi nada por cubrir. Es Sábado por la tarde, estoy a punto de iniciar nuevamente mis clases, tengo que ir a hacer despensa más tarde o quizá mañana por la mañana. Hemma mencionó algo sobre la pre-temporada de la cual no entendí nada. A excepción de una.

Daniel estaría pronto en casa.

Y eso me emocionaba de una manera que no quisiera.

Admito que he estado un poco alejada de las redes sociales desde lo sucedido en Londres, no tenía idea si Daniel sabía algo de eso, pero, sus mensajes no cambiaron, ni tampoco las escasas llamadas telefónicas que tuvimos, en ninguna había tocado el tema. Solo existieron mensajes de él con pláticas normales, de como iban sus días, que hacía, que comía y cosas random. Lando no me había comentado nada aún sobre si Daniel tenía idea del titular que le dio la vuelta a todo Reino Unido.

Hemma llamó y me exigió una explicación, se tranquilizó cuando le expliqué que no había firmado nada y que era un loco plan de mi madre.

La idea de conocer a mi madre le resultó fascinante.

Y yo no podía siquiera imaginarme a Hemma Wolff y a Carlota Row en una misma habitación sin que alguna de las dos saliera herida.

Suspiro y llevo conmigo el recipiente con los suficientes globos, me encargo de colocar los alfileres en la manta que está pegada a la pared frente a mi y aplaudo emocionada antes de desabrocharme mis jeans y quitármelos aventándolos a un lado del sofá.

Esto va a ser emocionante.

Estoy a punto de lanzar el primer globo lleno de pintura a mi lienzo cuando el timbre se escucha, acompañado del sonido insistente de la puerta. Miro el lienzo, los globos y por último mis piernas desnudas.

Genial.

Observo mis manos manchadas ahora por pintura, y maldigo cuando los golpes empiezan a sonar con más fuerza. Gruño fastidiada cuando mi teléfono suena a la vez que la puerta y el nombre de Mar se lee en este, seguramente mi mejor amiga no fue a trabajar y debe estar aburridísima, así que sin más me dirijo a la puerta, arrastrando mis pies.

Mas le vale que traiga comida.

¿Por qué mi casa siempre es invadida por personas llenas de soledad?

Suspiro y abro la puerta. El color me abandona la cara cuando la persona frente a mi levanta las cejas y me analiza cuidadosamente antes de que una sonrisa se extienda en sus labios. Seguramente estoy hecha un desastre, con mi playera blanca delgada que apenas y me cubre las bragas las cuales debo agregar no son nada sexys, tengo el cabello recogido en un moño alto y mi boca seguramente esta manchada del chocolate que comí hace unos minutos.

Abro la boca cuando trata de contener la risita de diversión.

"Me encanta tu amor por la moda Gigi". Dice.

"Oh..". Mis mejillas se tiñen de rojo. Me hago a un lado y agradezco eternamente con una sonrisa vergonzosa cuando levanta las bolsas con comida. Me encanta. "Dan...".

Me quedo a media frase cuando se gira y sin más planta un beso sobre mi boca que me hace querer más. Su sonrisa regresa cuando se relame los labios, si, aún tenia chocolate.

"Yo también te he extrañado".

¡Y yo igual!

"¿Cuando llegaste?.... Yo pensé que uhmm... no creí que tan pronto".