Peter x Stiles
Stiles toma unos cuantos bocadillos del armario de la cocina y una Pepsi fría de la nevera, sin ganas de prepararse algo de comer, y sube cansado las escaleras. Deja la mochila justo dentro de la puerta de su habitación, la cierra de una patada y se tambalea hasta la cama, sobre la que se deja caer de bruces, con los bocadillos aún en las manos. Quizá pueda quedarse así el resto del día.
Tras unos minutos tumbado sobre sus propias babas y casi asfixiado en el edredón, una sensación desconcertante le recorre la nuca y le hace temblar la espalda. La inconfundible sensación de ser observado. Stiles no oyó que la puerta de su habitación se abriera, y ahora que lo piensa, hay una suave brisa que recorre la habitación. Puede sentirla refrescando la capa de sudor en su nuca. Eso sólo puede significar una cosa en el circo sobrenatural en que se ha convertido la vida de Stlies. Una criatura de la noche ha decidido honrarlo con su presencia.
La mente de Stiles salta inmediatamente a los sospechosos habituales. Uno de ellos está corriendo detrás del nuevo amor de su vida como un cachorro perdido. El otro tiene la afición de hacer notar su presencia de la forma más dramática posible, y mirar fijamente a Stiles en silencio no califica como suficientemente dramático. Eso sólo deja al candidato oscuro y silencioso en la esquina.
"Derek. Amigo, ¿no puedes usar la puerta principal como una persona normal, por una vez?", murmura, con la cara todavía enterrada en la cama. "Quiero decir, es como si hubieras sido criado por lobos," se ríe, levantando la cabeza. Esperando que las cejas asesinas le frunzan el ceño.
Su risa y su siguiente comentario son cortados bruscamente por el hecho de que casi se ahoga con su propia saliva. Si no estuviera ya tumbado, se habría caído de culo. Agitando los brazos y las piernas, parece un pez fuera del agua intentando hacer un ángel de nieve. Una bolsa de patatas fritas vuela por el aire, con destino desconocido. Porque lo que ve no es una chaqueta de cuero y las cejas arrugadas de Derek Sourwolf Hale... es...
Una nariz rosa pálida y largos bigotes pegados a una cara naranja. Unos grandes ojos dorados le miran... juzgándole...
Stiles tiene de repente el impulso irracional de disculparse por no haber sido más hospitalario y ofrecerle un refresco.
"Heeeeeyyy, gatito". Todo lo que obtiene es una mirada perdida. ¿Quién es tu dueño?", pregunta tímidamente y un poco aturdido.
Stiles conoce literalmente a todas las mascotas de su barrio. Todos los perros, gatos, hurones, tortugas y serpientes. Sí, una serpiente. Una boa amarilla y crema llamada Wigglesworth. Un renombrado artista del escape, llevado tres veces por los ayudantes de su padre en los últimos seis meses por cruzar la calle. ¿Cruzar la calle imprudentemente? Causando histeria en masa todas y cada una de las veces, siendo la Sra. Larson la principal instigadora, convencida de que la única motivación de Wigglesworth para su delincuencia es cazar y comer a su Yorkie, Peanut.
"¡Vaya! Eres un chico grande, ¿verdad? ¿O eres una chica?"
El Sr. o la Srta. Pelusa y Juzgona es realmente grande. Demasiado grande para un gato doméstico, en opinión de Stiles, treinta libras por lo menos, pero claramente sigue siendo un gato doméstico. Tal vez. Con suerte. Definitivamente va a investigar más tarde.
"¿Tienes hambre? No tenemos comida para gatos, pero puedo prepararte algo".
La expresión condescendiente en los ojos dorados se convierte en interés. Tras un rápido baño de patas y un estiramiento completo del cuerpo, con las patas delanteras extendidas y la cola de plumero gigante casi tocando su cabeza, salta de la cama y se dirige a la puerta a paso tranquilo.
