Jun corría hasta su casa en la cual vivían él y su novio, acababa de salir del taxi que lo había traído del aeropuerto hasta ahí, colocó la llave esperando ver a su novio con los brazos abiertos frente a él, siempre que volvía a casa era así.
Pero cuando abrió no había nadie, silencio total, esperaba que su noviecito estuviera dormido...aunque eran las 11 de la mañana, no quería que estuviera enojado con él, no, no podría.
Dejo sus zapatos y maletas en la entrada yendo a buscar a su lindo novio, cuando pasó por la sala, vio un tazón de palomitas, talvez Chan había estado viendo películas la noche anterior.
Subió las escaleras y paro en seco, aterrado al ver a Chan en el suelo, aún con pijama y mejillas rojas, jadeaba levemente, como si algo le doliera.
-Amor, Chan- intento despertarlo sin saber que hacer
Miró su pie y vio que su delgado tobillo estaba rojo y un poco hinchado.
Tocó su frente y esta ardía, analizó todo rápidamente, Chan no traía calcetines, la cama no parecía haber sido destapada, la mañana estaba fría. Su pequeño se había refriado, otra vez.
-Te dije que te dije que te cuidaras...-lo tomo en brazos cual princesa, lo llevo hasta la cama y lo tapó con las suficientes sábanas.
-Y tu dijiste que volverías ayer en la tarde- susurro aun en sus brazos con un puchero en sus labios y la nariz roja por la enfermedad.
-Amor...lo siento, en verdad lo siento, mamá no tenía crédito y papá nunca lleva su teléfono con él, no había forma de contactarte – le dio de tomar una píldora que había en el cajón del baño y miro su pijama, era delgada, debía cambiársela- te traeré otro pijama
-No quiero tu ayuda- ahora que había tomado la píldora, podía sentir su cabeza más tranquila, no dolía tanto, ademas, seguía enojado.
-Ya dije que lo siento-dejo su chaqueta negra en el colgador-déjame ayudarte, tu tobillo debe doler.
Chan no respondió, sus labios estaban abultados, si, hace un rato dijo que quería responder las llamadas de Jun, pero su vaga explicación del porqué no avisó, revivió su enojo.
Se sentó en la cama sintiéndose algo mareado, arregló un poco su rubio cabello y se paró, mala idea, cayó al suelo otra vez.
Su tobillo sí que dolía.
-Chan, vamos, déjame ayudarte –lo volvió a levantar acostándolo en la cama- ya te pedí perdón y te explique porque no te avise - beso su mejilla - ¿Me puedes disculpar? - estaba a escasos 3 centímetros de su rostro.
Chan flaqueo, su debilidad más grande era Jun, aquel chico que al principio fue tan indiferente, ahora pedía besos y abrazos casi todo el día, aunque su ropa era casi totalmente oscura, su funda de celular tenia stickers que Chan le había comprado, amaba mucho a ese hombre.
- ¿Cómo podría decirte que no? - se aferró al cuello de y caderas de Jun, enredando sus brazos y piernas en estas.
-Vamos, espérame aquí, traeré tu pijama rosa- beso nuevamente su esponjosa mejilla y se separó de sus brazos para traer las prendas dichas, era un pijama rosa durazno con helados estampados, era calentita y cómoda.
Volvió colocando las prendas a un lado, desabotonó el pijama de Chan para sacársela, pero no pudo evitar hacerle cosquillas en su fina cintura y su tierna pancita.
Chan no tenía six pack, no, era muy flojo como para hacer ejercicio, tenía una muy tierna pancita la cual Jun amaba con todo su corazón, era suave y blandita, amaba acostarse ahí y hacerle cosquillas.
Le coloco el pijama que acababa de traer, parte superior e inferior, le gustaba vestirlo, aunque el mismo no vestía ropa de colores pasteles y suaves como Chan lo hacía, amaba que su novio vistiera de esa manera, era una de las muchas cosas que amaba completamente de Chan.
-Te traeré un mate, espérame - beso su frente yendo hacia la cocina, dejando a un muy satisfecho Chan por el servicio, Jun no podía enojarse con Chan por no haberse cuidado, no podía enojarse con él por ninguna razón.
Chan quería estar enojado con Jun, pero no podía, esos ojos y esa sonrisa que únicamente eran dedicadas a él, lo atrapaban y abrazaban.
Si, eran muy diferentes, demasiado...y eso era lo perfecto, eran tan diferentes que se completaban a la perfección, cada parte de ellos encajaba con la del otro, como si hubieran estado hechos para estar el uno con el otro.
Sus labios encajaban tan bien, la pequeña mano de Chan encajaba perfectamente al estar entrelazada con la de Jun, la cual era notablemente más grande, su cuerpo cabía a la perfección en los brazos del más alto y sus piernas se entrelazaban con tal facilidad y flexibilidad para todo tipo de ocasiones.
8 minutos pasaron hasta que Jun volvió con un mate caliente de manzanilla, un tazón de agua con un trapito y un pudín para consentir a Chan.
- ¡Pudín! - levanto sus manos esperando el delicioso pudín que Jun traía.
-Primero tomaras el mate con medicina- dejo el pudín lejos de Chan, acercándose a el junto con la taza de manzanilla.
-Pero no me gusta esa medicina- era propóleo, odiaba el simple olor, lo odiaba.
-Sera esto o llamare a un médico para que te de inyecciones, escoge - sabía que a Chan le aterraban las agujas, así que preferiría tomar mate con medicina fea.
-Pero — pataleó un poco – ash...dame ese mate
Se tapó la nariz y empezó a tomar aquella medicina.
-Chan
- ¿Si?
- ¿Puedo besarte?
-Junnie, estoy enfermo
-Tomare el riesgo.

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𝑪𝑶𝑳𝑫 - 𝑱𝒖𝒏𝒐
Fiksyen PeminatUn pequeño resfriado, en un pequeño cuerpo, Lee Chan se había destapado la noche anterior que su novio no llegó a casa por estar de viaje ¿Cómo reaccionará Jun al ver a su temblante novio con fiebre y escalofríos? -Te dije que te cuidaras. -Tú prome...