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—Es injusto que puedas usar mi ropa y que yo no pueda usar la tuya —Jay hizo un tierno puchero, como si tuviera cinco años.

—La mayoría de mi ropa te queda chica, lindura —SungHoon sonrió.

Jay sabía que el coreano tenía razón, pero por una vez quería usar la ropa de su novio para saber si realmente era lindo usarla.

. . .

Ese día, Jay entendió porque SungHoon le gustaba sacarle prendas, aunque se sentía triste porque la mitad de la ropa de SungHoon le quedaba apretada o no le gustaba.

SungHoon aprendió que tenía que empezar a comprar ropa más grande.

. . .

Ambos chicos se encontraban acostados en el sillón de la sala.

—Aunque a veces me enoje, me encanta que uses mi ropa —Jay confesó y dejó un pequeño beso en la frente a su novio—. Te ves tan adorable con mis camisas —no pudo evitar la emoción y empezó a mover a SungHoon de un lado al otro, preguntándole como hacía para ser tan adorable.

El chico, ya un poco mareado, rió.

—¿Tengo al novio más lindo de mundo? —SungHoon le agarró los cachetes y empezó a estirarlos a su gusto—. Claro que si lo tengo —SungHoon comenzó a balbucear cosas, como si realmente le estuviera hablando a un bebé.

—Si sigues así voy a guardar mi remera gris en un lugar en donde nunca la encuentres —Jay lo amenazó, sabiendo que el coreano no podía dormir sin su camiseta.

Y tal como lo imaginó, SungHoon dejó de molestarlo, formando un nuevo puchero en sus labios, que fue eliminado por un beso de Jay y un "Debemos ir a dormir".

Y como todas las noches, SungHoon usaba la tan nombrada remera gris de Jay para dormir. Normalmente el coreano era el primero en dormirse, cosa que Jay agradecía ya que así podía apreciar lo realmente hermoso que era su novio, lo adorable que se veía durmiendo con su ropa y lo mucho que lo amaba.

Fin.

PRESTADO ─ JAYHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora