ESPECIAL #O2

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—¿Sabes? Pensé que cuando dijiste "¡La pasaremos genial en San Valentín!" iba a hacer algo súper romántico, no ver un maratón de Harry Potter —Jay no estaba enojado con su novio ni estaba aburrido -es más, le encantaba dicha saga-, pero tras la frase que días atrás SungHoon le había dicho tenía grandes expectativas.

SungHoon se separó del abrazo, mirando con ojos asustados al mayor.

—¡¿No te está gustando la película?! ¡Si hasta es tu favorita! —un pequeño puchero se formó en sus labios.

Jay volvió a abrazar al peliazul, besando tiernamente su frente.

—No es eso, amor... pensé que íbamos hacer algo más romántico.

—¿Quieres que hagamos algo romántico?

—Me da lo mismo, estoy feliz con simplemente pasarlo juntos —el pelinegro repartió varios besos en la cara del pálido y se volvió a acomodar para seguir viendo la película. SungHoon había notado un poco de decepción en su tono de voz, pero no dijo nada al respecto.

Las nueve de la noche marcaban y, únicamente después de cinco películas seguidas y una siestita por parte del más bajo, ambos decidieron tomar un descanso del maratón e ir a buscar algo para comer. El coreano, luego de un berrinche, convenció a Jay para que lo llevara como koala hasta la cocina.

—SungHoon, amor, no te muevas tanto que no puedo ver —la cara del nombrado apareció en su campo de visión sonriendo. A diferencia de otras veces, el chico estaba más imperativo y meloso que nunca.

Cuando llegaron a la sala, Jay casi deja caer al menor por la sorpresa que se llevó. El comedor estaba todo decorado para la ocasión; velas rojas alumbraban una pequeña mesa y varios colgantes de papel en forma de corazón caían del techo.

—¡Sorpresa! —SungHoon gritó, perdiendo un poco el equilibrio al levantar los brazos muy rápido.

—¿En... en que momento hiciste esto? —Jay seguía atónito.

—Puede ser que mientras dormías, Jake y Sunoo hayan venido y decorado todo —la suave risa del menor junto al tono vergonzoso que usó le dio un aura tan tierna que no podía evitar derretirse de amor—. Dijiste que querías algo romántico, así que los soborné un poco.

El pelinegro sonrió y acercó a su novio, juntando sus labios en un lento beso sabor chocolate por los dulces que comieron durante el maratón.

Ambos prepararon la cena y comieron en compañía de la siguiente película de Harry Potter.

Risas, besos y muchas quejas sobre quien va a limpiar todo el desastre de los pétalos, hasta que Jay, después de decirle a SungHoon que espere un minuto, desapareció de la sala, volviendo con un regalo envuelto en las manos.

Dos pequeños gatitos de peluche encontró el pálido al abrirlo. Lo que más le gustaba era el hecho que, al igual que ellos, tenían ropa a juego.

Y únicamente después de una nuez a sesión de besos, se fueron a dormir tocando la madrugada, abrazados y llenos de amor.

PRESTADO ─ JAYHOONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora