Parte V

514 65 13
                                    

"Toc, Toc"

El golpeteo de la madera lo despertó de su dulce sueño, su vista nublada y la calidez de sus sábanas lo hacían sentir adormilado pero hizo un esfuerzo para mantenerse despierto, quedándose en silencio por un par de segundos para ver si el ruido volvía a repetirse, y al ser respondido por la misma nada pensó que tan solo fue su imaginación. Así que volvió a cerrar sus cansados ojos, listo para sumirse en mundo de sueños nuevamente y...

"Toc, Toc ,Toc"

Mierda, no era imaginación

- ¡Ya voy! - Gritó para quien sea que sea que hacía ese molesto sonido se detuviera

Ahora abrió sus ojos por completo mientras se sentaba y estiraba su cuerpo, sus extremidades dolían tanto como las bolsas bajo sus ojos, apostaba a que estos estaban rojos, y cómo no lo estarían, ayer prácticamente había llorado mares, le sorprendería si fuese de otra manera.

Estiró su brazo para alcanzar su teléfono en la mesita de noche y al encenderlo se encontró con 10 mensajes nuevos y 3 llamadas perdidas, todas de Gustabo. La hora marcaba las siete de la mañana. Oh, llegaba tarde al trabajo.

Se apuró en levantarse de cama, listo para salir corriendo a la puerta a tropezones, pero tuvo que detenerse cuando un mareo lo golpeó de repente y casi lo hace caer al suelo, la falta de nutrientes lo estaba comenzando a afectar. Hizo caso omiso y retomó su camino nuevamente, aunque ahora con un poco más de cuidado, ya suponía quien debía estar al otro lado, por lo que al abrirla se encontró exactamente con la persona que esperaba.

- Joder, por fin ¿Qué te pasó, te quedaste trabado en la almohada? - Habló su hermano mientras hacía a Horacio a un lado para pasar al interior de la casa. A Horacio realmente no le importaba, era normal entre ellos, por lo que lo dejó pasear como si la casa fuera suya - Supongo que te acabas de despertar ¿Aún no desayunaste, verdad?

- No, desperté y desayuné hace un rato - Mintió - Solo estaba en el baño.

No le gustaba mentir, especialmente a su hermano, pero sabía que si no lo hacía se vería obligado a comer algo y no podía hacer eso ahora, no cuando su objetivo dependía de eso. Además, tampoco quería preocupar a Gustabo, a pesar de lo hirientemente directo que puede ser a veces, él siempre se había preocupado por Horacio, sabía que solo quería lo mejor para él.

- Genial, eso hace las cosas más rápido - Dijo mientras tomaba asiento en el sillón más amplio en la sala - Ahora ponte algo bonito para salir.

Y así, se dio la vuelta para ir a su cuarto y... Espera ¿Cómo dijo?

- Espera ¿Ropa bonita? ¿No vamos a trabajar acaso? - Preguntó levantando una ceja en confusión.

- ¿Y quién te dijo que iríamos al trabajo? El viejo puede esperar - Parecía decirlo con un toque de risa en su voz, pero al ver la expresión confundida del chico de cresta, notó que debía ponerse un poco más serio - Mira Horacio, te conozco demasiado, y como te conozco demasiado me he dado cuenta de que algo no está bien contigo, al menos no en estos últimos días. Me preocupas ¿Sabes?

Oh no, lo había notado, Gustabo se había dado cuenta. La ansiedad prontamente lo comenzó a golpear, de la misma manera que su corazón lo hacía contra su pecho. Se preguntaba qué tanto sabía, tal vez ya sabía sobre sus problemas de autoestima, tal vez se había dado cuenta que no había probado bocado de comida en días, que su estómago estaba tan vacío como sus ganas de vivir. De todas maneras, nada de eso importaba, había preocupado a Gustabo, era lo último que quería lograr, pero ya estaba hecho, ahora lo único que le quedaba hacer era intentar remediarlo.

⛓;;𝕭𝖔𝖓𝖎𝖙𝖔⛓ - VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora