Parte I

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"Cállate"
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- ¿Disculpa? - Horacio miró algo confundido a su compañero.

- Que te calles ya Horacio ¿No te das cuenta de que intentamos ser serios aquí? - Regañó su hermano, ahora enmascarado, mientras conducía el ya conocido coche K - No has cerrado el pico desde que llegamos con Emilio y encima solo dices tonterías ¿No te das cuenta de que casi la cagas? Como siempre.

Dijo lo último en un susurró, uno que claramente el menor pudo escuchar, pues esa era la intención; este tan solo agachó la cabeza con vergüenza, no le agradaba cuando Gustabo le decía esas cosas, sabía que tenía razón pero no podía evitarlo, él era así.
Había pasado la mayor parte del viaje hablando de lo genial que había estado ese día, de las múltiples bajas logradas en los código 3, de lo increíble que era su puntería, de lo mucho que había progresado con la mafia, del fabuloso héroe en el que se estaba convirtiendo; y eso, a Gustabo, le hacía llegar a un punto en el que no podía soportarlo.
El mayor, al notar la expresión de Horacio, se dio cuenta de la dureza en sus palabras, no le importaba qué tan hirientes estas puedan llegar a ser, pero al fin y al cabo Horacio es su hermano.

- Venga ya, no pongas esa cara, no es para tanto. Ya verás que cuando ganemos un poco más de confianza con los de la mafia esa de mierda, podrás decir lo que quieras y nadie te dirá nada, pero ahora debemos tener cuidado, tú dejamelo a mí ¿De acuerdo?

Horacio no dijo nada, normalmente respondería con un "10-4", pero ahora tan solo asintió silenciosamente, pues, como había dicho su contario, decidió mantener la boca cerrada.
Era mejor callarse de una vez por todas.

El camino a comisaría fue silencioso, tan solo constaba de el sonido de sus respiraciones y algún que otro susto en consecuencia de la imprudencia de Gustabo al volante, pero es que tampoco tenía nada que decir, sus ánimos fueron totalmente arrebatados, siquiera tenía ganas de escuchar la radio o bailar una de sus típicas músicas brasileras, simplemente fueron él y su conciencia en constante guerra durante todo el viaje.

No era la primera vez que Gustabo le hablaba de esa manera, ni era la primera vez que aplastaba sus ánimos, pero tenía el pensamiento de que lo hacía por su bien, de que su hermano sabía lo que era mejor para él, de lo que era mejor para progresar en su trabajo; por lo que, al final de cuentas, nunca terminaba teniéndole ningún resentimiento o enojándose con él, simplemente no podía. De todas maneras, seguro se le terminaría pasando como siempre, no es algo de lo que debería preocuparse.

Llegaron a comisaría luego de 40 minutos, entre cambiar las máscaras, ropas y coche se tardaron un rato, pero ya estaban acostumbrados y aún quedaba bastante tiempo para que termine su horario de trabajo, por lo que al instante entraron de servicio y se dirigieron a los vestuarios por sus uniformes.

Horacio, siendo ahora llamado Dan, comenzó a desvestirse y sacar el uniforme de su respectivo casillero, todo esto intentando mostrar los mejores ánimos, después de todo, era un superior, debía mostrarse fuerte ante los demás agentes, pero nadie puede mantenerse tan firme cuando el universo parece querer derrumbarte constantemente.

- ¿Cuántas donas ha estado comiendo últimamente subinspector? - Escuchó la irritante voz del subinspector "Brownie" a su lado, por lo que ante tan inesperado comentario se giró inmediatamente - No me diga que ahora quiere parecerse a los policías de televisión.

- ¿A qué se refiere? - preguntó confundido por segunda vez en el día, no lo entendía ¿qué tenía el mundo hoy en su contra?

⛓;;𝕭𝖔𝖓𝖎𝖙𝖔⛓ - VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora