III Campos de Batalla

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Aline era una persona misteriosa, distante pero bella a su manera. Batalladora de luchas internas más intensas que nadie podría imaginar y orgullosamente vencedora de todas.

Y lo que nunca podría terminar de entender es que eras tan para mí y yo para ti, pero no hubo caso, no se pudo, todo se fue a la chucha.

Yo ya soy incapaz de entenderlo, ya no quiero pensarlo ni meditarlo. No quiero encontrarte ni que me encuentres, pero me pregunto si te preguntarás tanto cómo yo me pregunto a mí mismo acerca de ti.

No tengo ni la menor idea.

Solo eres un quizás, puede que el destino tenga un capricho más para nosotros, pero se han enterrado todos los amores, vencedora pero ya nunca más en esta tierra.

Pero siempre sentí una alegría genuina de verte derrotar a todos, de haber visto cómo limpiabas tu alma y cómo superaste los fantasmas más brígidos que existían para ti, me dejaste ser parte de eso, a tu manera.

La guerra se ha acabado, terminó hace tiempo, pero supongo que estoy haciendo tratados de paz de una sola parte, por eso dejo todo y me devuelvo a casa, emprendo el rumbo hacia una nueva cruzada. Sin antes dejar mis mejores deseos en tus propias campañas y ambiciones, nuestro campo de batalla por fin está vacío. Un empate. Nadie ganó, ahora solo queda este campo de batalla lleno de cadáveres. 

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