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TITANSTOWER
Rachel se encontraba en su habitación, estaba cansada debido al duro entrenamiento que había hecho minutos antes, el resto de los titanes habían salido a una misión. Y por mas que le insistió a Dick que la dejara ir, este le replico que debía entrenar, sobre todo meditar.
El idiota había estado leyendo formas para encontrar serenidad con tus emociones y encontró que la meditación era una manera eficaz de contenerse y bueno ella no era precisamente alguien que se controlaba.
Suspiro rendida mientras se tiraba en su cama, ya había intentado meditar pero no había funcionado, no logra mantenerse quieta con los ojos cerrados. A esas alturas hubiera preferido ir con la amazonas y ayudar a Dona Troy, pero prefirió quedarse por alguna razón.
Y esa razón tenía nombre, Jason Todd, tenía que disculparse con él por lo sucedido aquella vez que casi lo mata, creyó que lo vería después del funeral, en la torre. Pero no fue así.
Volvió a Gotham, después de todo quería regresar desde un principio, tuvo tanta confianza con ella como para contarle como se sentía en San Francisco, no estaba cómodo y no quería quedarse bajo el manto de Dick para siempre, pero tenía sus ventajas el estar ahí y eso, según él, eran Garfield y ella.
Quizá antes pensaba eso, pero tal vez ya no más, tal vez y solo tal vez la odie el resto de su vida, después de todo estuvo a punto de matarlo y lo inculpo injustamente, se levantó con aburrimiento de la cama y se acerco a su escritorio, ahí vió una fotografía donde salían Gar, Jason y ella, la habían tomando en su primer día en la torre.
Una leve sonrisa se asomo en su rostro, extrañaba estar en ese trío de tontos, las bromas de Gar contrastadas con el humor y sarcasmo de Jason, extrañaba a Jason, en realidad.
Había tenido un gusto por él, pero este solo se esfumó cuando ambos se trataron de la mierda, sabía que era su culpa ella había tratado de matarlo en aquel entrenamiento y lo había acusado injustamente sobre esa vez que dibujaron en su espejo. Sabía que no había sido él.
Probablemente esté viviendo una vida de aventuras al lado del murciélago, suspiro con tristeza y volvió a su cama para meditar nuevamente, pasaron minutos y no sentía absolutamente nada, estaba apuntó de abrir los ojos cuando oyó algo, una voz; abrió sus ojos con temor encontrándose en otro escenario, estaba lloviznando y parecía estar en un muelle.
Se adentro por la puerta que ya se encontraba abierta, se tomó un momento para mirar el candado, el cual había sido forzado, estaba tan ensimismada en sus pensamientos mirando detrás suyo, había una moto estacionada en la entrada.
Una aterradora risa la alertó y al girarse vio a Robin siendo golpeado por nada más ni nada menos que el Guason, ese hombre a pesar de nunca haberlo visto en persona, la ponía de los nervios, ¿era Dick? tal vez era otra pesadilla, pensó.
