Capítulo 0

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—A.K.IR.A—

Comienzo a caminar por el aeropuerto, el avión había aterrizado ante de lo previsto así que decido dar una vuelta por el gift shop. Acabo de llegar sola, así que mientras estoy mirando los objetos de la tienda decido encender mi teléfono.

Busco entre mis contactos su número, y lo encuentro debajo de "Ojos de perra" cómo "Tu chiquistriquis" junto con un emoji de arcoíris.

—Hola amor, acabo de llegar ¿Tomo un taxi o me pasas a buscar? —Le pregunté con una voz melosa.

—¡Hey cariño! Espérame unos minutos, estaré allá lo más pronto posible —exclamó frenética colgando la llamada.

Decido dar un recorrido por el aeropuerto, sé que cuando dice unos minutos son dos horas mínimo. Cómo sea. Voy a buscar algo de comer, compro una hamburguesa, unas papas y un refresco grande que coloco en una de las mesas vacías. Saboreo cada parte de mi comida con rapidez, recargando mi motor de energías y es en ese preciso momento que siento la pesadez del viaje, mi cuerpo decide dormir y mi cerebro lo apoya, convirtiendo esto en un top ranking de "los lugares más peligrosos para dormir". Sin miedo al éxito el puesto número uno se lo lleva, nada más y nada menos que el aeropuerto.

Luego que despierto, milagrosamente mis cosas siguen conmigo, con la única diferencia de que la bandeja no estaba, busco mi teléfono y encuentro 8 llamadas perdidas de "mi chiquistriquis" y una entrante.

—¡¿Se puede saber dónde demonios te encuentras!? —Demanda con una voz arisca y dramática—. Te estoy llamando por los parlantes de aeropuerto desde hace una hora, una guarda de seguridad te anda buscando...

—Me dormí en una mesa luego de comer, aunque no paso nada. —Le interrumpo con voz ronca.

—Aki, estás por primera vez en este país y ni sabes hablar su idioma —me replicó Odelia— ¿Qué hubiera pasado si te secuestran o te roban?

—Pero si tú hiciste lo mismo —exclamo—, o no recuerdas nuestro primer viaje solas a las Maldivas, hasta me dijiste...

—El que tenga miedo a morir que no nazca. —Me interrumpe, quitándome las palabras de la boca—. Y se duerme en una habitación, no en la calle.

—Esa nunca fue una opción —espeto mientras sonrió.

—Olvídalo, ya te encontré —concluyó finalizando la llamada.

Al levantar la mirada, una cabellera rubia con unos pequeños ojos oscuros me observan, los cuales se ven brillosos por la retención sus lágrimas. Instintivamente mis ojos se humedecen; me paro de la mesa y camino rápido, abrazándola después de estar lejos por cinco años y en ese momento es que los sollozos con fluidos —mocos— salen.

Ambas nos limpiamos la cara y pedimos una bebida para tomar en el camino. Escucho como me habla de su vida, cosas que no podía decir por llamada y hablo de su nuevo —no tan nuevo— novio, salimos del aeropuerto y Odelia lleva mis maletas hasta el auto.

Mientras nos montamos en su Jeep Grand Cherokee Rojo, recibe una llamada entrante de Ronald, quién es el "nuevo" novio de la chiquistriquis.

—Hola amor mío —contestó con voz coqueta, y con una sonrisa se coloca el auricular en la oreja — sí, ya estamos de camino.

Al verla, no me cabe en la cabeza como se le ha iluminado la cara, ¡Es que no me lo creo! Si eso es por llamada no me quiero imaginar de frente. Dios, ya vi mi futuro como la aguanta gorro, la tercera rueda.

—Bueno cariño, tengo que colgar porque voy manejando —suspiró cómo toda una enamorada, automáticamente ruedo los ojos.

Finalmente él cuelga la llamada —después de quince minutos— porqué mi mejor amiga seguía manejando y no le podía colgar.

El tiempo parece ir rápido cuando en realidad pasa con lentitud y es cuando veo el reloj del auto que proyecta las tres y media, eso quiere decir que dormí ¡cuatro horas! Bueno... No tan lento ¿Habré roncado?

Mi pena se va cuando Odelia pone nuestra canción; FRIENDS de “BTS”.

—Seoul that used to be so unusually sparkling. Was another new world to me —ella comienza a cantar.

—I met you when you were clammy with sweat. A somewhat strange kid. —continuo con la otra parte de la canción.

—Me from the moon, you from the stars. Our conversations were like homework BFFs on one day, enemies on another. I just wanna understand.
Hello, my alien. We are each other’s mystery (Yeah, yeah). Is that why it’s even more special (Oh). — ambas (principalmente yo) cantamos a todo pulmón.

Llegamos al hotel entre risas, camino a registrarme y buscar las llaves a causa de que llegamos una hora tarde. Resulta que mi reservación está programada para las cuatro y llegamos a la cinco (mi culpa).

Inmediatamente que tengo las llaves, un botones se me acerca para ayudarme con las maletas, y vamos al auto de Oda para que agarre mi equipaje.

Luego de recoger mi bagaje, subimos a la habitación 505. El chico deja el equipaje en el armario y se va, no antes de que Odelia le diera un billete como propina. Me siento en uno de los muebles de la habitación, pero ella solo me observa de pie.

—Habla. —Le ordenó.

Ella por consiguiente se acuesta en la cama. No sé que le toma tanto tiempo para hablar, pero le doy su espacio.

—Sabes que estoy saliendo con Ronald...

—¡No me digas que estás embarazada! —La interrumpo.

—¿Qué? Nooo, aunque no me quejo si quedo embarazada de él, ya sabes...

—¿Entonces? —La vuelvo a intentar.

—¿Me vas a dejar decirte o no? —Me quedó silencio a modo de respuesta—. Gracias... Cómo te decía, Ronald y yo llevamos algo de tiempo saliendo, él me trata súper bien y... Me pidió matrimonio, dos veces, ¿Puedes creerlo? —Musitó con felicidad, mientras saca un anillazo de su bolso.

Estoy sin poder hablar, mi mejor amiga se va a casar... ¡Mi mejor amiga se va a casar! Solo sabía de Ronald por nuestras conversaciones y par de video llamadas por WhatsApp.

—Woah, cariño ¡Felicidades! En cualquier decisión que tomes... sabes que siempre te apoyaré. —Respondo abrazándola.

—Eres la mejor dama de honor —clamó con alegría.

—Y tú la mejor novia que puede existir... ¿Tú padre lo sabe? —Instintivamente se suelta del abrazo y ya se la respuesta.

—Sobre eso... Habrá una fiesta a las diez de la noche y pensamos darle la noticia ahí —planteó con optimismo.

—Mmm, suerte en su fiesta. Se que tu padre se pondrá contento con la noticia. —La trato de animar.

—Sí... Te paso a buscar a las diez y media, enviaré un vestido y zapatos, ¿Sigues calzando del 9, verdad? Te verás hermosa con tu pelo rizo. —Comenzó a caminar hacia la salida.

—¿Si, qué? Espera... —Trato de detenerla, pero el portazo que recibo en la cara me detiene.

Decido no discutir; así que me voy a dormir, pero antes pongo una alarma para despertar a las ocho en punto.

¡GRACIAS POR LEER! Nos vemos el próximo domingo

Mi dulce tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora