Capitulo 1

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—A.K.I.R.A—

Entreabro mis ojos al escuchar como mi celular suena, pensando que es la alarma lo desactivo, pero este vuelve a sonar y considero que lo puse en la función de atrasar en vez de apagar. Miro mi pantalla y veo un mensaje de Oda que dice: "He enviado a una persona para que te ayude con el vestuario de esta noche, llegará en treinta minutos".

Le respondo con un emoji del pulgar hacia arriba, dejo el celular en la cama y me dirijo al baño. Hago mis necesidades, me baño, lavo mi cabello, me cepillo los dientes y en ese momento unos golpes en mi puerta hacen que acelere el proceso, me coloco una bata de las que ofrece el hostal y abro la puerta.

El chico posee un tinte de pelo rosado un poco extraño, lo que opaca su camiseta, la cuál esta cortada por la mitad, mostrando un escuálido cuerpo de adolescente. Traté de fijarme en su rostro, pero sus pantalones vaqueros de tiro bajo dejaban ver el elástico de su calzoncillo. 

—Saludos, es usted la señora... Akira Ophelia Callisto Hashimoto —preguntó leyendo un papel que sacó de su pantalón.

—Es señorita y si soy yo.

—Soy Simón, vengo por orden de la joven maestra Petkov para arreglarla con el fin de asistir a la reunión de esta noche. —Se presenta con una leve reverencia—. ¿Me permite entrar los utensilios para poder iniciar con la creación de hoy?

Me hago a un lado para darle paso. Entra con un gran armario rodante, de este saca una maleta llena de maquillaje y muestra una fila con un aproximado de veinte vestidos.

Arrastra mi cuerpo, sentándome en un banquito de la habitación y procede a encender todas las luces, al punto de empañar mis ojos.

—Cierra los ojos. —Ordenó mientras comienza a mezclar cremas y otras cosas más.

—Por favor, hazme un maquillaje simple —pronuncie antes de cerrar los ojos.

—Descuida corazón, estás en buenas manos. —susurró para comenzar con el maquillaje.

Sus manos pasaron con agilidad sobre mi rostro, y puedo sentir como si estuviera pintando un cuadro con cada pincelada. Trato de no abrir mis ojos en ningún momento, pero cuando estoy apunto de desplegar mis ojos, Simón me confirmó que ya podía abrirlos.

En lo primero que me fijo es en mi colorido labial nude, que me deja enamorada junto con un Foxy eyes que hace acentuar mis ojos color avellanas, destacando el lunar de mi boca. Mis cejas están peinadas de manera orgánica, haciéndome amar ese maquillaje.

Ahora toca lo segundo más difícil, la elección del vestido. Simón me cuenta que hay un total de veinticinco vestidos de renombre. Estaban divididos en colores; hay cinco rojos escarlata, tres verde mar, dos mostazas, cuatro plateados, tres azules rey... Tantos colores que me dejan aturdida, deje que Simoncito eligiera por mí; durante ese tiempo tomo agua y le escribo a Oda para matar el tiempo.

Faltaba media hora para el evento y mi nuevo amigo —Simón— ya seleccionó el vestido, los zapatos y las joyas. Me ayudó a colocarme aquel entallado vestido rojo escarlata de diamantes que hace resaltar mis pechos y caderas, haciéndome sentir divina, por último me pone los tacones rojos con si fuera una quinceañera, a la vez que sitúa unos aretes de diamante blanco en mis orejas.

Él exige escoltarme hasta mi encuentro con Odelia y acepto gustosa, caminamos a la par y me exhibe por el hotel como una obra de arte. Llegamos al lobby de una pasada y en un momento veo a Odelia con un vestido negro de corazón de un solo hombro y cuello con detalles en perlas, pero no está sola; junto a ella hay un hombre moreno que parece esculpido por el mismísimo diablo, es la tentación con piernas, forrado en aquel traje blanco que no le hace justicia ni ley.

Me preparo para acercarme, pero un brazo me agarra con fuerza y es Simón que se queda eclipsado por la presencia de aquel muchacho, le pellizco el brazo para que empecemos a caminar y no funciona, le agarro una nalga, y con un brinco sale del trance.

—Buenas Noches. —Espeto con una sonrisa coqueta.

—Hey, que guapa estás —Exclamó Odelia dándome un pequeño abrazo— me encantó tu trabajo cómo siempre, Simón.

Él solo asiente, mientras tanto Oda se aleja para colocar sus manos sobre el antebrazo  de aquel mozo.

—Les presento chicos. Él es Ronald Lee Bluechulon, mi novio —Anuncio con una hermosa sonrisa y ojos brillantes— Amor, ella es mi mejor amiga, Akira Ophelia Callisto Hashimoto. Y el es Simón, un conocido maquillista profesional amigo mío.

—Solo dime Akira, es un gusto conocerte. —Trato de ser condescendiente, pasando mi mano para estrecharla con la suya.

—De la misma manera puedes llamarme Ron, —dice aceptando el apretón de manos con una sonrisa comedida que le resalta los hoyuelos.

Nos despedimos de Simón, para dirigirnos al estacionamiento del hotel. Busco la Cherokee roja de la chiquistriquis, pero veo como parpadean las luces de un Chevrolet Camaro ZL1 Convertible V8, rojo como el de mi mejor amiga.

La miro, tratando de procesar como cambió de auto sin decirme o llevarme. Parece que mi mirada es intensa, ya que me explicó que es de Ronald y que se compraron los autos del mismo color para que hicieran juego.

Dentro del vehículo, nos dirigimos a la transcurrida ciudad.

Llegamos en menos de media hora, debido a que el señorito de mi amiga manejaba como si estuviera dentro de una película de autos —volando por los aires— Gracias a Dios, corrimos con la suerte de que la policía no nos encarcelara por su emoción de llegar temprano para la declaración conyugal.

👁️👄👁️

Gracias por leer, sé que dije que iba a publicar ayer... Pero tuve algunos problemas.

Estos serían los vestidos que están usando las chicas para el evento. Espero que les haya gustado.😊

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Mi dulce tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora