Capítulo 7

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Quedo sin botiquín de primeros auxilios descargando todos mis meses en capacitación para auxiliar en las heridas de Timo

-¿Qué horas son? –pregunto ganando la mirada más asesina de parte de mi amiga

-Las ocho de la noche

-Dormí como cuatro horas mi supuesta siesta –digo tratando de evitar el tema

Suspira varias veces antes de levantarse del sofá con la mano vendada, lentamente coloca todo lo salvable del suelo en una caja y era inútil hacerla desistir que lo haga, quien la conoce sabe que limpiar mantenía su mente ocupada.

-Veo que estaba interesante por aquí

-Veré las cámaras en un rato, yo no hice esto

-¿y suenas tan tranquila cuando lo dices? –me mira exasperada –Liana, si esto fue obra de Brandon...

-Lo sé...

-Deberías cambiar de cerradura

-Losé, Kia ¡Basta por favor!

Los moretones de Tim estaban mejorando por la compresa de hielo picado que había puesto sobre él, pero no quita la culpa en mí, porque si se ve así es por mi culpa.

-No lo es, él solo se defendió de un lunático

-Bien

-Deberíamos irnos a la playa, pronto volveremos a las clases y no quiero ir sin mi bronceado

-Estamos en otoño Kia

-Mientras haya sol todo puede suceder –susurra

Volvemos al silencio incomodo donde ella sigue limpiando y yo curando al hombre inconsciente, su respiración se había calmado y por más que no debería beso sus mejillas.

-Lo lamento –le susurro

-No hay porque, no fue tu culpa pequeña

Su respuesta me toma tan por sorpresa que lo empujo fuera del sofá provocando quejidos de su parte

-Ahora si lo siento, pensé que estabas dormido

-Está bien, ¿te molestaría si me quedo a dormir? No sé dónde están mis llaves

-Eso me recuerda que ese tipo tendrá un castigo por lastimar a un inocente –reprocha Kia

-No sé qué tan inocente per..

-Lo eres, y fin de la discusión –decimos al unísolo con Kia

Se niega a darnos pelea por lo que se acomoda entre quejidos en el sofá, le entrego ropa que era de mi hermano para que luego pueda cambiarse mientras Kia no deja de caminar de un lado a otro

-Me estas poniendo nerviosa –le susurro

Se para al otro lado de la mesada con esa mirada que me era familia

-¡Que se te ocurrió?

-Podríamos meterlo en la camioneta de Nick y llevarlo a Big city sin nada más que calzones

-Kiana ¿y cómo justificamos a la policía en la ruta que él va a su voluntad?

-Bueno, entonces.... Qué tal si lo encerramos en unas de esas viejas cabañas del bosque

-Que tramen algo me da cierta ternura y miedo –dice Timo desde el sofa -¿Y si solo lo dejan pasar?

-¡NO! Tú no eres su saco de boxeo y Liana no es su juguete para que venga a hacer con ustedes lo que quiera

-Capaz a Lana se le ocurriría algo mejor –aporta el chico sin siquiera moverse

>Aria Moon< recordó mi cabeza

El Diario de una SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora