Capítulo 12.

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Jan Carlo.

Dos semanas. Dos semanas han pasado después de aquella tarde, en la que estuvimos a punto de besarnos. Dos semanas en las que la han acosado más sólo por pensar que entre ella y yo hay algo, y me duele verla sufrir. Dos semanas en las que todo está cambiando. Porque cada vez que la veo, mi corazón comienza a latir muy rápido, mis manos comienzan a sudar y al estar con ella me siento inmensamente feliz, algo que no había sentido desde que sucedió aquello, desde que prometí no volver a enamorarme.

¿Qué sucedió? Me duele recordarlo...

Nunca me imaginé que llegaría a querer tanto a alguien como Danielle, que a mis 16 años lograría enamorarme. Mi relación con ella fue perfecta, 16 meses maravillosos junto a ella, era la mujer más perfecta del mundo, tenía una sonrisa que conquistaba a cualquiera que la viera, era tan bella... Pero, de repente todo cambió, ella no era la misma chica perfecta y sonriente, pero aún así seguía amándola, cada vez estaba más ausente aún estando a mi lado. No entendía que pasaba, nunca quería decirme que sucedía.
Hasta que... Llegó ese día, el día en que mi corazón fue destrozado en mil pedazos.
Estaba en mi habitación, eran las 11:30 pm, estaba a punto de dormir. Sonó el teléfono, se escuchó un gemido, un gemido de dolor, alguien lloraba, no entendía lo que pasaba.

-Jan...- al instante reconocí esa voz.

-Danielle-mi corazón latía muy rápido- cariño, ¿qué pasa?

-Perdón, por hacerte sufrir- dijo entre lágrimas- pero ya no puedo más.

-¿Qué está pasando?- comenzaba a desesperarme.

-T... Te amo, no lo olvides, siempre te cuidaré desde donde esté.-su llanto se hizo más fuerte.

-Danielle- colgó.

No sabía que hacer, estaba desesperado, no sabía lo que pasaba.
Estuve mas de media hora marcando a su casa, a su celular y nadie contestaba, un error del que me arrepiento.
Eran las 12:30 am y decidí ir a ver que era lo que pasaba, tomé mi coche y fui rápidamente a su casa. Llegué, toqué y nadie contestaba, me desespere, las lágrimas comenzaban a salir.
Hasta que al fin, alguien abrió. Era la madre de Danielle, la que al parecer no estaba enterada de lo que sucedía.

-Señora Thompson- dije desesperado.

-¿Que está pasando?- me miro extrañada.

-Danielle.

-¿Qué pasa con ella?

-¿En donde está?

-Es su cuarto, durmiendo... Supongo.

-Necesito verla.

Subí inmediatamente a donde estaba, la puerta estaba con seguro.

-DANIELLE- nadie respondía.

-DANIELLE, ABRE POR FAVOR.

La madre de Danielle llegó muy desesperada a la puerta, traía las llaves. Al parecer mis gritos, la habían alarmado.

Al abrir, todo en mi se hizo pedazos, sólo quería morir al igual que ella...
Ya no había nada que hacer, su corazón había dejado de latir.
Y desde ese día, prometí no enamorarme nunca...

Hasta que llegó Angélica todo cambió, esas hermosas sensaciones recorrieron de nuevo mi cuerpo.

Pero tengo miedo que ella no soporte tanto acoso y haga lo mismo que Danielle.
A ella, no quiero perderla.

You are my hero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora