Capítulo 2.

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—Ahí viene la rubia oxigenada.

Yo estaba quieta, como una estatua, sabia que era lo que iba a pasar.

—Miller, Miller—que apellido tan más estúpido- pero no es raro, te combina, estúpida Miller.

Se oyeron risas, no entiendo porque lo hacían, por qué le seguían, no es Dios para que esa bola de tontos tenga que reírse de sus estupideces sin sentido, pero claro, era la "hermosa" y la que se cae de buena, Emma Williams.

Yo seguía callada.

—¿Te comió la lengua el ratón, niña estúpida?

—Yo- yo- yo...

—Tú- tú- tú... ¿Es lo único que vas a decir? Que cobarde.

—Callate rubia oxigenada—hubo un gran silencio, todos estaban sorprendidos, esperen... ¿Que he dicho?
Ya me cargó el payaso.

—¿Lo puedes repetir, Miller?

Dios, no sabia que decir.

—Dije, ¡RUBIA OXIGENADA!

Estoy muerta.

Emma elevo su mano, es una cachetada, eso es.

—Te vas a arrepent...

—¡EMMA!—Un grito masculino robó la atención de todos.

—¡EMMA WILLIAMS!

Un chico alto y delgado se acerco a la rubia.
Mi héroe...
Emma, ¿Que te han dicho mis padres sobre molestar a las personas, jovencita?

—Emmm, yo-yo... Yo sólo quería empezar bien el día — dijo con un gesto de niña chiquita.

—¿Esta es tu manera de empezar bien el día? ¿Enserio Emma?— el silencio se hizo presente— ¿Crees que acosando a las demás niñas empiezas bien el día? ¿Crees que eso te hace mejor?

—Hmmm pues yo... Pues todos me consideran la mejor ¿Cierto?

Todos estaban callados, creo que la cara del chico no era nada bonita, todos lo veían con temor.

—¿Entonces por qué nadie habla?—dijo arqueando una ceja.

¡DIOS MIO! Ese chico es genial, es la primera vez que la asustada es Emma, no yo.

—Solo te voy a decir una cosa pequeño moco, deja de molestar a la gente, te lo repito, eso no te hace mejor, hmmm, imagina estar en sus zapatos, te gustaría ser molestada todo el día por ninguna razón, sólo porque a una niña inmadura se le ocurre hacerlo su pasatiempo ¿Te gustaria?

—Aggg— dijo la rubia enojada con grandes pasos hacia su salón.

De repente, el chico, mi héroe, se dio la vuelta y quedó frente a mi. ¡DIOS! Ese chico no estaba nada mal... Aparte de alto y delgado, su piel blanca hacía resaltar sus hermosos ojos color miel, su cabello, era hermoso, rizado y de un castaño que encajaban con sus ojos, este tipo era un ángel.

— Sé que suena muy infantil—me sonrió — pero la voy a acusar con mi papá.

Su sonrisa, su sonrisa era hermosa, su sonrisa era la perfección, sus labios carnosos en conjunto con sus hermosos dientes blancos.
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Este capítulo es dedicado a Victoriahrj ya que es la primera lectora que se hace presente. ¡Gracias!

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