— ¿Estás listo? — preguntó Dahyun mirando a los ojos a su guapo hijo vestido de negro sumamente elegante y con un moño acordonando su cuello.
— Desde el primer día mamá. — respondió Sunoo observando como su madre retocaba por última vez su saco y acomodaba su cabello para que luciera perfecto.
Tomándole la mano a la bajita mujer caminó por ese perfumado y decorado caminó hacia el altar, al llegar junto al cura se paró con la espalda recta y una sonrisa en el rostro; sentía como sus ojos le lagrimeaban de felicidad y su corazón quería salir disparado de su cuerpo.
Unos pocos minutos después de secarse las lágrimas discretamente escuchó como ese hermoso sonido de piano se hacía presente en la iglesia.
Y ahí venía caminando igual de bello el otro hombre.
Un apuesto japonés vestido de traje blanco con un velo que se arrastraba por el suelo sujeto de una trenza en su cabello que le colgaba hasta los hombros teñido de rubio. Sus gatunos ojos de leopardo estaban decorados con un bello maquillaje rojizo y sus labios se veían como una fresa pálida, Nishimura también se sentía al borde de las lágrimas.
Caminó encima de los pétalos de rosa blanca con familiares y amigos sonriendo amorosamente; sus botines blancos sonaban con cada paso al igual que su corazón, al ver como llegaba al altar con el amor de su vida sonrió como solía hacerlo cuando estaban en la escuela.
Con 25 y 27 años respectivamente, diez años enamorados y dieciocho años conociéndose decidieron dar ese "sí" que los había llevado al abrazo más conmocionado que jamás se hubieran podido dar.
— Estamos aquí, — inició el cura llevándose el micrófono a los labios. — para unir las vidas de estos dos hombres. Si alguien se opone a este sagrado matrimonio, hable ahora o calle para siempre. — nadie habló, todos sonreían — Hora de sus votos.
— Yo, Kim Seonwoo, te recibo a ti, Nishimura Riki, como esposo y me entrego a ti y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. — concluyó tomándole las manos y mirando directo a esos ojos de leopardo que ahora vería todos los días de su vida al despertar.
— Yo, Nishimura Riki, te recibo a ti, Kim Seonwoo, como esposo y me entrego a ti y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida. — le respondió igualmente apretando un poquito sus manos que comenzaban a sudar.
— Yo los declaro marido y... ¿Marido? ¡Da igual! Puede besar al novio. — concluyó el cura para por fin unir la vida de aquellos dos hombres enamorados. Sunoo se acercó a su novio para tomarlo por el cuello detrás de su largo cabello y plantarle un beso en los labios, Ni-ki atrapó la mejilla de su esposo para sentir su suave piel.
Y con el sonido de las campanas de fondo esos dos niños que aún vivían dentro de ellos gritaron eufóricos sin poder creer en donde se encontraban y qué se encontraban haciendo sus partes adultas.
FIN.
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¡Dos capítulos en un sólo día!
Bueno, Besitos ha llegado a su fin, espero les haya gustado y muchas gracias por haberse dado la oportunidad de leerla ^^.
Todavía le pondré un capítulo extra, aunque ese no es necesario leerlo, el final oficial es aquí.
Muchas gracias a todos <33 coman, duerman y tomen agüita.
Atte: la Rosita Bv
596 palabras.
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𝘽𝙀𝙎𝙄𝙏𝙊𝙎
De Todo𝙎𝙐𝙉𝙆𝙄 - Sí... ¡Me gustas, Kim Sunoo! - Tú también me gustas Ni-ki, pero mi mamá no me deja tener novio. - Ya no somos niños Hyung, no necesitamos el permiso de mamá para todo. - Cállate Nishimura. ↬Comedia. ↬Pareja: Sunki (Sunoo y Ni-ki de enh...