🔺Third kiss🔺

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— ¡Aquí príncipe! — gritaba aleteando su brazo Nishimura para llamar la atención de Sunoo, éste sonrió melancólico para volver a mirar cabizbajo el suelo ocultando con su mano su rostro. — ¿Príncipe? ¿Sunsun?

— Hola Ni-ki. — le saludo tratando de sonar alegre y seguro como todos los días, más solo evidenciando el que al parecer había pasado un buen rato en lágrimas.

— ¿Qué pasa? — cuestionó ante el extraño comportamiento de su amigo; Sunoo sonrió aparentando estar feliz como todos los días, más fracasando completamente al sentir dolor en su rostro y hacer una mueca ante ello — Déjame ver. — le exigió Nishimura viendo como los globos oculares de Sunoo se llenaban de lagrimitas y presionaba con fuerza su mejilla. Le quitó la mano dejando notar una morada e incluso un poco marrón marca en su piel que se extendía casi desde su comisura labial hasta su ojo; aterrado atrapó el rostro de Kim entre su manos y lo examinó a detalle — ¿¡Quién te hizo eso!? — preguntó fúrico.

— Nadie Ni-ki, me golpeé por accidente... — trató de disimular con otra forzada sonrisa ante su preocupado amigo. Ni-ki no le creyó y lo llevó en contra de su voluntad a los baños que habían usado el día anterior, nuevamente estaban desiertos.

Sacó de su mochila un paquete de toallitas que llevaba por si las dudas a donde quiera y sin preguntarle previamente tomó a Sunoo de la cintura y sacando fuerzas de algún recóndito lugar en su cuerpo lo levantó, Sunoo algo asustado por el desvalance tomó los antebrazos de Riki para no caerse, al final sus posaderas fueron a tocar el lavabo del baño; Ni-ki humedeció el pañuelo y como si estuviera tocando una estatua de porcelana limpió el hematoma de Sunoo que incluía unos cuantos rasguños aún frescos y sangrantes.

Sunoo se quejó al instante por el ardor e intentó quitar la mano de su amigo de su rostro, más al instante entendió que Ni-ki buscaba ayudarlo y sólo se dedicó a apretar su muñeca para darse fuerza, Riki le susurraba palabras de apoyo y amor para calmar su resiente llanto.

— Ni-ki, me... Me duele mucho. — se quejaba amargamente apretando el brazo de su mejor amigo. Riki le decía al oído que no se preocupara, que todo estaría bien.

— ¿Me puedes decir quién te hizo esto...? ¿No fue tu mamá, cierto? — preguntó con preocupación evidente.

— Los chicos de mi salón que siempre están en el portón. Ni-ki, no podemos seguir así; nos vieron ayer, nos vieron en los baños, dijeron que esto solo era una advertencia.

— Mientras estés conmigo te prometo que nunca te pasará nada príncipe. — le juró con su alma Nishimura. Nuevamente sacando fuerzas de algún indescifrable lugar en su cuerpo tomó la cintura de Sunoo, éste se aferró a sus antebrazos y lo bajó del lavamanos dando una última checada al rostro de su mejor amigo. Al no encontrar nada más de que preocuparse le regaló un bonito beso en sus labios. — ¿No crees que sea buena idea que hoy estemos juntos lo máximo posible para que pueda cuidarte?

— ¿Y si te hacen algo a ti?

— Prefiero que me maten a volver a verte así, rey mío.

Tratando de no darle importancia (pero sí precaución) a la situación se dispusieron a ir a clases. Ni-ki cada que podía desviaba su mirada de la profesora a su compañero para rectificar que todo estuviera en órden.

Saliendo de clases casi a las 8:00 PM tomados de la mano partieron rumbo hacia la casi abandonada parada de autobuses que hasta donde tenían entendido solo ellos la utilizaban. Tratando de escapar de las "zonas peligrosas" para no encontrarse con sus homófobos y violentos compañeros rodearon gran parte de su trayectoria para intentar desembocar en el lugar de la forma más segura y discreta posible.

𝘽𝙀𝙎𝙄𝙏𝙊𝙎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora