Capítulo 02

11 0 0
                                    

FLOR PÁLIDA

ELODIE

La edificación que tengo frente a mí me indica que hemos llegado al Hollywood Pacific Theatre, un viejo teatro que fue cerrado hace mucho tiempo ubicado en Hollywood, le pido al chofer que se estacione en la parte trasera del teatro por donde no transita una multitud de personas.

— Señorita Harlow, no creo que tengamos permitido estar aquí— avisa.

— No pasa nada, ya he estado muchas veces aquí y la policía no ronda por esta zona, más bien por el teatro —digo y volteo hacia la puerta de salida que tengo delante de mis ojos, donde se encuentra Mike recostado de esta.

— Espere aquí —le indico al chofer bajando de la camioneta directo a la puerta.

— ¡Hey! Hache. Ya ha pasado mucho tiempo, que gusto verte de nuevo hermosa —dice y lo abrazo, a lo que él me responde apretándome más fuerte y río. — sabes que no me gustan las demostraciones de afecto —comenta rompiendo la unión.

— A mí tampoco, pero eso no importa ahora —digo rodando los ojos, con una sonrisa cerrada.

Me extrañó y extrañamente yo también.

—¿Lo tienes? —pregunto ansiosa.

Y eso es gracias a los estragos que deja la cocaína, produciendo sudoración y temblores a lo largo de mi cuerpo, son los efectos secundarios. El inmenso calor que siento no es porque este haciendo calor en LA sino porque son efectos que deja.

— Seguro —dice levantando el maletín que tenía en el suelo, que más bien parecía un estuche de laptop— todo está aquí para mi mejor clienta, ¿Por qué estás tan arreglada? 

— Tuve una entrevista —respondo.

— Ya veo, ¿qué fue lo que consumiste?, estás sudorosa y tus ojos...

— Cocaína, la necesitaba, anoche no sé qué fue lo que sucedió, hoy desperté ebria y tenía compromisos importantes a los que no se me permitía, faltar o fallar.

— Ja —ríe— la vieja confiable, claro.

Abre la puerta para mí y me adentro al interior del teatro con el detrás mío, camino hasta el escenario, subo las escaleras y me siento en le bordo con las piernas colgando. Se sienta a mi lado y abre el estuche.

— ¡Oye! ¿por qué solo traes uno armado? —pregunto.

— No me dio tiempo, pero aquí me tienes, te armaré uno —dice comenzando a hacer lo suyo— en lo que los armo cuéntame, ¿Cómo te va en Nueva york? ¿Hasta cuándo te estarás en LA?

— Bien en lo que cabe, hasta mañana, tengo que regresar a Nueva york a trabajar en algunas cosas —digo encogiéndome de hombros.

Tengo que realizar unas campañas publicitarias, una pasarela, ir a algunas fiestas de mis "amigos", una gala benéfica, seguir y comenzar a hacer cuadros, algún videoclip con un famoso creo ahora mismo no recuerdo muy bien y no es algo que este recordando todo el tiempo.

— Bien —dice mientras muele la hierba en el ginder.

— Y tú, ¿Cómo estás?

— Nada mal, no podría quejarme.

Mike es un viejo amigo de los pocos, únicos que puedo llamar amigos de verdad, íbamos juntos a la secundaria y a la preparatoria en Francia, pero tiempo después se mudó aquí, a LA para alejarse de sus no muy sanos padres e independizarse, emprendió algunos negocios, un bar si no mal recuerdo y también la venta de drogas, aunque solamente le vende a gente "conocida" a famosos más bien y aquí en Hollywood abundan muchos y sin contar las fiestas exclusivas llenas de excesos que hay en todo momento. 

Behind The SceneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora