Prólogo

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Kyojuro estaba de pie respirando agitadamente, el demonio que estaba enfrente a él poseía una descomunal fuerza y sus ataques eran tan precisos como si se tratase de un imán que siempre encontraba una abertura para dar un golpe fatal.

"No me digas que ya terminó" con un tono simulando decepción Akaza continuó con sus provocaciones hacia el pilar de la llama.

Era más que evidente que el pilar no saldría bien librado de la batalla, si lograba salir con vida las consecuencias serían fatales.

Mil pensamientos pasaron por la mente de Kyojuro, como un bombardeo de imágenes y recuerdos, uno tras otro.

Quería vivir, si él no estaba ¿Quién cuidaría de Senjuro? quería verlo crecer seguir su propio camino y convertirse en un hombre honorable; Aún no encontraba la forma de sacar a su padre de la autodestructiva depresión que padecía, ver volver a aquel hombre amable y sonriente de sus recuerdos más lejanos; quería ir con Mitsuri a probar los bocadillos de una nueva tienda de golosinas que abrieron en la ciudad cercana a su finca, todavía no había visto la sonrisa del pilar del agua, desde aquella misión de Oyakata-sama para hacerlo reír que había fallado desastrosamente se había prometido a sí mismo lograr que el azabache pudiera sonreír. Aún había una infinidad de cosas por hacer.

Era consciente de las consecuencias de usar la última postura de la respiración de la flama en la condición en la que se encuentra. Se despidió de todos sus pensamientos de un futuro, antes de todos sus deseos estaba su deber como pilar, las demás cosas no importaban, tenía que cumplir su misión sin importar el costo y si el costo era su vida estaba dispuesto a darla con tal de crear un futuro mejor.

Con toda la energía que poseía en ese momento lanzó su último ataque.

Akaza estaba extasiado por la fuerza que posee el pilar, nunca había enfrentado a alguien con su potencial, el espíritu de pelea que posee es simplemente excepcional, quiere disfrutar más del enfrentamiento, desea poder pelear para siempre con él, pero era el momento de dar el golpe final, por más que quisiera dejarlo con vida no era una opción.

Era una verdadera lástima que ese majestuoso espíritu de pelea sea el mismo que lo conduciría a su perdición, entre más fuerte fuera más certero sería el golpe.



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Pasando un par de horas del atardecer Giyuu había terminado de patrullar su zona designada. Solo se había topado con un par de demonios de bajo rango, era una noche relativamente tranquila, algunos de sus compañeros estaban en misiones o investigaciones, siempre dejaban a uno o dos Pilares parcialmente libres por si era necesario un refuerzo o si una luna demoníaca hacía una inesperada aparición.

Aunque terminó sus asignaciones de la noche aún había cosas que hacer, pero por alguna razón estaba inquieto.

Giyuu se había estado sintiendo incómodo durante todo el día, no sabía con exactitud de lo que se trataba, pero era un sentimiento que no lo dejaba estar tranquilo. Hace algunos años había experimentado una sensación parecida, era algo que le estrujaba el estómago y le oprimía el pecho un mal presentimiento, algo en su interior le decía que no debía ignorar el sentimiento ya que en la ocasión anterior que tuvo ese presentimiento fue cuando tenía solo 13 años durante la selección final.

Inhala profundamente llenando sus pulmones de aire, exhalando en prolongado suspiro, probablemente tener tiempo libre hace que su mente divague.

Una sombra negra casi imperceptible por la oscuridad de la noche vuela cerca de él y aterriza torpemente en su cabeza.

"Kanzaburo" Giyuu acaricia gentilmente a su compañero cuervo, este recibe gustoso los mimos "¿Cuáles son los informes?" Cada noche los cuervos Kasugai daban un breve resumen de las actividades de sus compañeros pilares, al estar enterados de los movimientos de los demás en caso de una situación inesperada podían idear un plan y solicitar ayuda.

"El pilar del sonido fue asignado a una misión de investigación en el distrito rojo por la posible presencia de una luna demoníaca" Giyuu se tensó, pensar en Uzui en el distrito rojo le daba escalofríos, de ninguna forma eran una buena combinación, pero no podía pensar en nadie mejor para esa misión.

"El pilar del Insecto salió de emergencia a atender a un escuadrón de cazadores que fueron víctimas de una técnica de sangre demonio, hay tres bajas y cinco sobrevivientes" A su punto de vista Shinobu era el pilar que más ocupaciones tenía, aunque era un poco molesta su trabajo era impecable y de suma importancia para el cuerpo de cazadores, aunque nunca se lo dijera de frente él la respetaba mucho.

"El pilar de la Flama esta tarde subió al tren infinito para investigar la desaparición de 40 personas" Al escuchar lo último volvió a sentir el nudo en la garganta y el mal presentimiento.

"Kanzaburo ¿Sabes a dónde se dirige el tren?" el cuervo entendió a lo que se refería, dejó el nido que había hecho con el cabello azabache y emprendió el vuelo. Giyuu no era del tipo de personas que creía en los malos presagios, pero algo dentro de él le decía que si no iba en ese momento se iba a arrepentir.



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Estaba próximo el amanecer Giyuu había pasado el resto de la noche corriendo, el mal presentimiento a cada segundo se hacía más intenso. Nunca se había sentido tan nervioso y tan molesto con Kanzaburo que lo llevó por el camino incorrecto un par de veces haciendo el trayecto aún más largo.

"Estamos por llegar, pasando este bosque se encuentra el pilar de la llama" Indico el Cuervo que se había adelantado para explorar la zona.

El cielo poco a poco comenzaba a aclararse, y los primeros rayos del sol pintaron el cielo en un juego de naranja y azul. El pilar del agua Aumentó la velocidad por una ansiedad que no tenía explicación.

Lo primero que vio fue un tren descarrilado y personas heridas por todas partes, después de un rápido análisis y ver que nadie se encontraba en peligro mortal pasó de largo, pronto los Kakushi harían su aparición y los podrían ayudar adecuadamente.

A unos cuantos metros de distancia divisó un par de siluetas conocidas y los rastros de una evidente batalla.

Lo que vio a continuación lo dejó sin palabras, el pilar de la Flama estaba sentado sobre sus rodillas en un charco de sangre y frente de él Tanjiro y el chico con la cabeza de jabalí escuchaban las últimas palabras del pilar.

Se acercó en silencio, nadie se había dado cuenta de su presencia, estaban tan absortos por la escena frente de ellos y los recientes hechos que no percibían nada de lo que ocurría a su alrededor.

De nuevo había llegado tarde, Por primera vez en su vida había hecho caso a sus instintos y aun así había llegado tarde, si tan solo hubiera sido más rápido. Giyuu cierra los ojos y aprieta los puños, no hay nada que se pueda hacer, el estado del Pilar de la flama es tan crítico que ni Kocho podría salvarlo, de nuevo se siente inútil.

"Aún hay algo que puedes hacer" Giyuu escuchó una voz "Si estás dispuesto a asumir las consecuencias aún podemos salvar la vida de Kyojuro" Los ojos de Giyuu se abrieron de golpe al escuchar los murmullos en su cabeza. Suspiro profundamente y antes que el pilar de la Flama diera su último suspiro hizo lo que le indico esa cálida y suave voz.

El amanecer siempre llega (RenGiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora