One more fight

Parte 4.

Sus brazos rodean mi cuerpo, y me tienen prácticamente sin aire. Me asfixia.

— Vincent... aire...

Me suelta y deja salir una leve risa. 

— Pagaré y nos iremos a casa. Bueno, tú iras a casa y yo iré con mi gatita.

Asiento con la cabeza, apretando los labios. No conozco a la chica, pero se a la perfección que es una cualquiera, puedo olerlo a kilómetros.
Las ganas de huír corriendo de allí me comen por dentro, pero no puedo, él es mi mejor amigo y debo aceptar sus romances. Bufo ante mis pensamientos y miro las palmas de mis manos que están algo rojizas ante la falta de sangre. Y siento una respiración cerca de mi oreja.

— Vamos.

Un ''bien'' sale de mis labios y comienzo a caminar. Mis ojos están fijados en mis zapatos que avanzan uno siguiendo al otro, mientras mis manos juegan con un pedazo de hilo sobrante en mi remera de The Rolling Stones. Alzo la mirada y de reojo le miro. Está serio, pero no enojado, como si estuviese pensando algo. Su mirada se ve perdida en el vacío.

— Vincent... antes de ir a casa debo pasar por unos cuántos papeles.

Miento. La verdad es que quiero ver a un chico que comienza a gustarme. Sí, por fin Violett siente algo por un chico. Aquello me hace sentir escalofríos y temor. Mucho temor. Pero parece ser un buen chico. Su nombre es Stefan. Y la verdad es que no quiero contárselo a Vincent porque probablemente me haría una escena de celos (muy grande). Al ya estar tanto tiempo juntos, parecemos hermanos. Bueno, desde mi punto de vista... mientras que desde el de otros, parezco ser una más de sus chicas.

— Vale, ve... Y te me cuidas, ¿eh?

Asintiendo con la cabeza, volteo sobre mis pies y siento los de él empezar a caminar pero al lado contrario. Me siento en una banca y veo su auto andar. Bien. Y entonces rodea la esquina, por la cuál desaparece. 

— ¿Qué hace una joven tan guapa como usted aquí?

Río al sentir sus cálidos dedos coger mi mentón y alzarlo. Y nuestras miradas se encuentran.

— Esta joven no guapa está esperando a un castaño extremadamente guapo llamado Stefan.

Ambos comenzamos a reír y me roba un corto beso. Y devolviéndole aquello, dejo un corto beso sobre sus labios también.