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↬ Parte Uno.

[Más de 2,000 palabras en cada capítulo]

Rebuscando en el internet, JaeHyun encontró una página rara de vampiros encontrándose con más víctimas.

Jung no creía en los vampiros pero algo poderoso lo llevo a hacerlo, le consolaba ver que él no fue el único idiota que se envenenó al probar tan dulce mentira y tan embriagante belleza, una trampa hipnotizante.

Aquel foro de inadaptados lo ayudó a formar un complot en contra de la desagradable criatura que lo tiró a la miseria, una ves más aquella frase llegó a su cabeza para regresarlo al momento en el que ella...

Sí...ella.

Lo convirtió en un asqueroso ser come sangre.

[...]

JaeHyun había conocido a una hermosa chica hace unas noches en un club nocturno, su novia lo había botado por ser muy aburrido.

Jung escribía mucho en aquel libro, las hojas se llenaban fácilmente pero JaeHyun descuidaba a su novia que eventualmente lo dejó.

— ¿Qué te pasa? ¿Huh? Ayer no estabas así, eras insaciable...JaeHyun — Lo llamó la chica con su voz única y sensual.
— Lo siento, me acordé de ella...
— ¿De nuevo? — Se quejó la muchacha acercándose al pobrecito JaeHyun que yacía en la orilla de la cama a punto de llorar.
— Sí, de nuevo, no tengo la culpa de que venga a mi cada que me muevo — Respondió Jung un poco malhumorado.

— Vaya, Vaya...yo no soy tu enemiga ¿Acaso no soy tu amiga? — Se río cerca de su oído, JaeHyun sintió un deseo desbordante por ella parecido a la fiebre, algo que destruía a JaeHyun.

— Eres más que eso...Circe — Respondió JaeHyun girándose a encontrar los labios de la mujer para besarla con suma intensidad.

— Siempre serás mi favorito JaeHyun — Sonrió la fémina con aquella mirada sexy y oscura que momentos después se convertiría en cruel para Jung.

— Y tú mi favorita, cuando te veo mi mundo se hace añicos eres tan ¡No se ni como explicarlo! ¿Cómo podría
no desearte? — Volvió a besarla sonriendo al hacerlo, la chica sonrió ¡Lo tenía dentro!.

— Mientras no dejes de desearme seré eternamente feliz, Jung JaeHyun — Respondió levantándose, su piel pálida casi blanca era inquietante para JaeHyun.

Verla caminar a la ducha sin ropa, lentamente como si tratase de jugar con fuego, un fuego que sin saber estaría lleno de espinas.

JaeHyun había mordido ese veneno puro y se lo había tomado.

Tan tonto.

— ¡Haré el desayuno! — Informó JaeHyun imitando la acción de la chica.
— Claro, no me tardo — Respondió desde dentro, Jae se dirigió a hacer el desayuno para momentos después encontrar a la chica vistiéndose a la orilla de la cama.

— Ya esta todo listo, Circe — Le avisó Jung sentándose a su lado.
— Perfecto JaeHyun ¿Qué hay de desayuno? — Preguntó la chica agachándose para atar sus agujetas.

JaeHyun observó el espejo encontrándose con solo su reflejo, era como si nadie estuviese ahí con él.

Eso no era normal.