Rutina

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Día 4: Domestic

Pareja: Sasaki x Jack

Advertencias: Sexo Implícito

El sol estaba en su punto máximo y el viento soplaba refrescando todo el lugar cuando Sasaki terminó de entrenar

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El sol estaba en su punto máximo y el viento soplaba refrescando todo el lugar cuando Sasaki terminó de entrenar. A pesar de haber ganado contra Poseidón e impedido que la humanidad se extinguiese, el camino de la espada lo llamaba y, como todo hombre honorable, era su deber responderle.

Las gotas de sudor recorrían su cuerpo pues había estado entrenando durante un largo rato, incluso había atrapado un conejo que cruzaba por ahí justo como lo hacía cuando era más joven, pero aun así no se sentía lo suficientemente cansado. Sin embargo, sabía que era hora de volver a su hogar donde Jack lo estaba esperando.

Se habían conocido cuando, luego de la cuarta ronda del Ragnarok, Kojiro había ayudado al asesino a llegar a salvo a la enfermería. No lo conocía. No había podido observar su pelea pues, en esos instantes, se encontraban atendiendo sus heridas, pero cuando vio como el otro hombre no podía siquiera sostenerse de pie no dudó ni un instante en correr para ofrecerle un hombro en el cuál apoyarse. A Jack esa acción lo tomó por sorpresa; no esperaba encontrarse con nadie que le ofreciera ayuda en su camino, después de todo, era un monstruo despreciado tanto por dioses como por humanos. Sin embargo, a Sasaki lejos de importarle, lo felicitó por haber salido victorioso de su enfrentamiento mientras le mostraba uno de los colores más cálidos y brillantes que había tenido el placer de presenciar.

Decir que eso intrigó a Jack era poco. Quería saber por qué aquel hombre no solo no sentía asco, odio o temor en su presencia, sino que lo trataba con gran delicadeza y amabilidad, pero estaba demasiado ocupado intentando no colapsar a causa de la gravedad de sus heridas para poder hacer o decir algo. Una vez que la adrenalina de la batalla había abandonado su cuerpo el agotamiento la reemplazó, tanto así que, cuando llegaron a su destino y el espadachín lo ayudó a subir a la camilla donde sería atendido, cayó desmayado, con muchas preguntas sin respuesta llenando su cabeza.

La segunda vez que se encontraron fue después de que Buddha ganase la sexta ronda. Sasaki había estado pensando visitar la enfermería para ver cómo seguía el asesino cuando este lo interceptó en un pasillo y lo invitó pasar a su habitación para tomar una taza de té como gesto de agradecimiento por su ayuda, cosa que el espadachín aceptó encantado. Kojiro, además de disfrutar del agradable sabor de la bebida y los postres que acompañaban a esta, descubrió que no podía apartar la vista del hombre frente a él: sus sutiles y elegantes movimientos le parecían hipnóticos al igual que su mirada de dos colores, y los refinados modales que mostraba junto a su caballerosidad en cada acción y su belleza lo dejaban embelesado. Por su parte, Jack adoraba ver los alegres colores que desprendía el otro, así como su emoción casi infantil cuando le hablaba de un tema que le resultaba desconocido. Incluso su falta absoluta de modales a la hora de disfrutar la comida, lejos de disgustarle, le resultaba extrañamente encantadora.

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