Capítulo 14: Cita Doble

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—¿Segura que estás bien?

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—¿Segura que estás bien?

Era el quinto suspiro que daba Dahlia, intentando calmar sus nervios. Luego del intercambio de mensajes con Erick Olsen, habían acordado encontrarse en un bar-restaurante, que estaba casi al centro del pueblo. Le era curioso que hasta en ese lugar hubiera un puesto como esos. Al regresar al lugar donde se hospedaba, se preparó para poder salir y le avisó a su progenitor qué es lo que haría, a lo que él casi salta de su asiento al escuchar tal noticia.

¿Y sin escolta? —Dahlia no entendió lo que dijo, a lo que Kendall tuvo que explicarle.

Mayormente es necesario que los destinados durante sus citas deban tener unas escoltas, especialmente los hijos de Alfas. —por poco la castaña comenta la forma arcaica en la que manejaban las citas, hasta que Kendall siguió explicando. — Esto, para evitar cualquier inconveniente en un futuro, digamos que una de las partes sea un maltratador, el escolta será encargado de informar ya sea a los guardias de la manada o incluso un familiar para que tenga presente que la pareja es violenta, así se evita peleas domésticas.

Entonces, ¿Pueden evitar unirse con sus almas gemelas? — ella asintió. —Bueno, eso no importa, de por sí ya acepté a Erick como mi mate, sí o sí tendremos que comprometernos.

Aun así, es mejor que vayas con escolta. Kendall irá contigo. — ambas hijas miraron confundidas al Alfa por tal decisión.

Debes estar bromeando. — dijeron ambas, ocasionando que se dirigieran una mirada entre ellas.

Sin embargo, Silas no quiso cambiar de opinión, por lo que ordenó que Kendall fuera su escolta en aquel lugar. Por lo que, ambas quedaron observando el lugar. La licántropa había ido con sus mejores ropas, mientras que ella parecía que solo se hubiera cambiado su camiseta blanca por una de color negro.

—Estoy bien... solo que estoy pensando en cómo lidiar con esta situación.

—¿Acaso es tan malo tener un alma gemela? — preguntó con cierto resentimiento la licántropa, ocasionando que Dahlia mirara incrédula a su media hermana. No entendió de repente su actitud hacia ella.

—No lo sé, Kendall. Al parecer no viste lo que esto me causó.— dijo con total sarcasmo. — Que apareciera mi mate en medio de la reunión de Alfas, intentando nosotras resolver nuestro conflicto inicial... no sé, ahora que lo pienso no es taaan malo. — Kendall frunció los labios, evitando soltar algún comentario, quería decir que estaba celosa de que su hermana había conseguido encontrar su mate antes que ella, pero al analizar toda la situación, la que tenía más problemas era ella. — Como sea, ¿Hay alguna regla entre escolta y custodiada?

—No intervendré a menos que sea necesario. — Dahlia asintió lentamente, para luego encogerse de hombro.

—Muy bien, entremos.

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