Capítulo 15: Familia Funcional

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Se dice que viene la calma después de la tormenta, pero Dahlia opinaba lo contrario, pues después de una tormenta tenía que enfrentar a las catástrofes dejadas por las lluvias, rayos y otros, he incluso no podías estar seguro si un terremoto suced...

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Se dice que viene la calma después de la tormenta, pero Dahlia opinaba lo contrario, pues después de una tormenta tenía que enfrentar a las catástrofes dejadas por las lluvias, rayos y otros, he incluso no podías estar seguro si un terremoto sucedería después.

—¿Qué sucede? —preguntó Dahlia, al ver que su padre estaba tenso una vez que llegaron aquella tienda de antigüedades.

—Llegamos en un mal momento. — Fue lo único que dijo Silas mientras miraba la ventana de la tienda.

La joven sin entender nada, dirigió su mirada a las calles, para saber con exactitud qué es lo que sucedía. En la calle solo pudo ver una camioneta pick-up gris, en la vereda había dos hombres conversando mientras portaban camisetas grises con pantalones oscuros. Sin embargo, lo que más destacaba era que apenas se podía visualizar algo sobresaliendo en el hombro de una de las personas.

—Es la marca de cazador. — habló Kendall con el ceño fruncido, a lo que su padre asintió.

—Vamos a entrar a la camioneta de inmediato y no hay que hacer contacto visual con ellos. —ordenó Silas a lo que las dos jóvenes asintieron.

Agarraron sus respectivos equipajes y fueron hacia el auto que estaba estacionado a un lado de la tienda. Una vez que colocaron las maletas en el maletero, subieron a sus respectivos asientos. Dahlia desde el espejo retrovisor miraba los movimientos de los cazadores que se encontraban en aquel pueblo, nunca había visto de cerca, por un momento creyó que vestían con algún uniforme militar o algo parecido, pero al parecer sabían camuflarse muy bien entre la población, admitía que esa era una manera rápida para no llamar la atención. Cuando pasaron por un lado de ellos, alzó su mirada al frente para evitar cualquier contacto visual, pero al mirar nuevamente el espejo retrovisor, notó que ellos habían subido a la camioneta.

—Van a seguirnos. —advirtió la única humana en el auto. Kendall frunció el ceño y volteó la cabeza para ver detrás de ella y confirmar si era cierto.

—¿Cómo estás segura?

—Estaban atentos a nuestros movimientos. — se acomodó en su asiento fingiendo estar tranquila, mientras que pensaba en una forma de salir de aquel asunto. — ¿Cuánto nos queda de gasolina? —preguntó a su padre, quien miró momentáneamente el panel.

—Lo justo para llegar a casa.

—Los vamos a guiar directamente a la manada, no queremos eso, ¿Verdad? — esta vez ella se cruzó de brazos. — ¿Tienes alguna idea?

—Podremos ir a otra ciudad y fingir que somos una familia normal que anda de paseo.

—Eso alargaría esta persecución, necesitamos bloquear su búsqueda. —respondió Dahlia, alargarlo sería un problema, porque en cualquier momento se darían cuenta de que tanto Silas como Kendall son licántropos. — ¿Alguno sabe cuál es la gasolinería más cercana?

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