En la noche mientras todos cenaban, Tom y Sasha no tocaron su comida. Spaguetti a la boloñesa había preparado el abuelo. Su platillo favorito, y ni así lo tocaron.
-Sasha y Tom, si no se comen su cena, me harán meterles la comida por la boca a la fuerza -amenazò el papá. Los gemelos se voltearon a ver.
-Que raros son tus hijos Cristie -abrio el hocico el tío Jon mientras partía las albóndigas -yo por eso no tuve hijos. O eso creo -se rio de su propio chiste.
-Mis hijos no son raros, Jon. Solo ven mucha televisión y ahora solo quieren comer papas fritas y demás.
-Pues el spaguetti no es una comida super fit.
Intervino su hermana, siendo ironica como siempre.
Después de unos minutos, Sasha y Tom se las arreglaron para comer y retirarse de la mesa. Su prima quería jugar con ellos, pero se negaron, como siempre. Ya en el segundo piso, y casi al entrar a la alcoba donde dormían los 3 niños... Sasha vio ahora a una niña de cabello lacio, pelirrojo, muy pecosa. Tom suspiró profundo.
-Oh, no otra vez...
-Es... eres Rita de la Mar.
Tom abrió los ojos como platos. ¿Era la niña a la que habían matado con un cable de teléfono? Otra noticia aterradora en el mes.
Rita señaló a la puerta del tío Jon. Los gemelos no entendieron qué quería decirles, pero Sasha se animó a entrar a la habitación. Sabían que los tíos allá abajo estarían entretenidos jugando bingo.
Sasha se adentro en la alcoba y quitada del miedo y la pena comenzó a abrir cajones. No sabía exactamente lo que buscaba. Tom hizo lo mismo, hasta que después de unos minutos largos, Tom abrió el cajón donde el tío Jon tenía sus camisetas dobladas y ordenadas por color. Jaló el cajón con fuerza y por accidente lo sacó del mueble. Sasha se giró y sus ojos, por primera vez en tanto tiempo, tuvieron un destello de luz. Se acercó al hueco e inspeccionó: sacó entonces un cofre polvoso.
-Vigila la puerta-le pidió a su gemelo. Tom asintió. Sasha abrió el cofre donde encontró recortes de periódico donde decía las noticias más devastadoras de los últimos 15 años. Niños y niñas, jovencitas, incluso jovencitos, que habían sido víctimas de violencia sexual, torturados, secuestrados, estrangulados y demás. Entonces encontró lo que se imaginaba. El niño en el bosque, Dan Stevenson había sido víctima de Jon Wellington, de tan solo 3 años. Rita del Mar, 10 años de edad, había sido descuartizada. Brenda Jones, 14 años, mutilada. Dorothy, 16 años, cremada. Elias Pevensie, 5 años, mordido.
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Destruir al Monstruo
ContoLos Wellington van a la casa de verano de la familia. Sasha y Tom se rehúsan a ir si va el tío Jon. Sus padres los obligan a subir a la camioneta, y, ya en la casa de verano, el tío Jon los recibe con normalidad. Sasha y Tom se ponen de acuerdo para...