Callejón Diagon y HarryApolo
Llego la mañana en la que tenía que ir al Callejón Diagon por mis materiales que me hacían falta para el comienzo a clases.Me levante aún entrecerrando los ojos mientras me metía al baúl para poder tomar una manzana para desayunar y alistarme para poder salir, elegí unos pantalones un poco holgados de un color gris oscuro, unos zapatos negros informales y una blusa blanca de manga larga con mangas holgadas o como a mi me gustaba llamarles mangas de piratas, sinceramente no sabía porque los llegue a relacionar yo supongo que fue porque así me idealicé la vestimenta de un pirata en las historias. Baje a Morfeo de mi cabello y lo puse en el buró mientras me pasaba el peine por mi cabello para poder alisarlo un poco y se vea algo presentable.Al terminar de alistarme devolví a Morfeo a mi cabello para que estuviera cómodo mientras hacía el viaje, tomé mi mochila con los hechizos de peso pluma y de expansión, el monedero de Gringotts, mi varita y guarde los lentes.
Salí del baúl y pude ver que mi cama era un revoltijo y justo encima del tal se encontraba la carta donde decía que tenía que llegar a conseguir un poco arrugada por la noche, la tomé y la guarde en mi mochila. Y salía de mi habitación en silencio sin hacer mucho ruido, aún era un poco temprano para que hubiera gente vagando por ahí, porque los demás aprovechaban que era fin de semana para poder dormir todo el tiempo que quisieran. Termine saliendo sin ningún contratiempo a mi destino a paso lento, disfrutando del alrededor.
Mientras caminaba no pude evitar pensar si compraría otra varita o me quedaría con la mía, la verdad yo prefería quedarme solamente con una, era poderosa, leal, simple y chueca, para mi era perfecta. Pero el problema es que mi varita no tenía el chip igual a las demás y eso llegaba a ser ilegal pero bueno ya me las arreglaría y si no, terminaría comprando otra varita. Cuando termine de pensar ello pude sentir como un vibrador en mi brazo derecho, donde se encontraba mi varita, como si ella supiera lo que pensaba y no le agradaba la idea. Suspire ante la situación, ahora tenía que lidiar con una varita celosa, que genial vida.
Comencé a admirar mi alrededor para poder perder el tiempo. Podía ver a los carros pasar y venir, gente entrar y salir de cafeterías con su desayuno dirigiéndose a su trabajo. Aveces agradecía a Hécate por poder tener magia y poder tener una vida más que ordinaria o normal, al menos así tendría algo de diversión.
Deje de divagar a mi alrededor al ver que ya había llegado al Caldero Chorreante y entre sin mucho preámbulo, no había demasiada gente en la Taberna y Tom se encontraba en la barra limpiando unos vasos como siempre. Salude a Tom y le pedí si me podría abrir la puerta al Callejón Diagon y el acepto como todas las demás veces.
Me quedé en la entrada un momento admirando todo la gente que deambulaba por el Callejón, asiendo sus comprar para Hogwarts y divirtiéndose como todos los días. Me abrí paso a la tienda de túnicas de Madame Malkin, nunca fui muy fan de la ropa de mago y prefería no atrasar mucho más la compra de mi uniforme y poder proseguir con un peso menos las compras.
Entre a la tienda y no podía ver a mucha gente realmente, se ve que los demás preferían iniciar por sus libros o mascotas. No había cambiado nada realmente, solo había entrado una o dos veces en mi vida porque no me atraía su ropa pero que más daba. Pude ver a una bruja algo bajita, pelo canoso con unos lentes de media luna y su típica cinta métrica alrededor de su cuello, acercarse a mí con una sonrisa "¿Hogwarts cariño?" me pregunto mientras me inspeccionaba de arriba a abajo para poder hacerse una idea de las medidas que llevaría. Yo asentí con una pequeña sonrisa cansada, "Sígueme cariño, ya hay 2 chicos igual que tú" me comentó mientras la seguí hacia lo que parecía su taller y efectivamente había 2 chicos más en los taburetes que se veía que platicaban o bueno, más el chico rubio por lo que podía escuchar, mientras el chico azabache parecía algo ido con toda su parloteo. Me coloqué al lado de ellos y pude escuchar como el rubio parecía querer su vida completa, en la estera no pude evitar cabecear ante el sueño y aburrimiento "Mi padre está en la tienda de al lado, comprando mis libros, y mi madre ha ido calle arriba para mirar las varitas"comentaba el chico, aproveche y los admire mejor. Uno de ellos tenía el cabello rubio platinado lleno de gel, unos ojos grises iguales a los míos y vestía unas ropas que se veían que eran de marca, se podía apreciar que eran de la misma estatura aproximadamente. Mientras que el otro chico tenía el cabello azabache muy revuelto, unos ojos verdes como las esmeraldas que eran tapados por unos lentes circulares rotos de un cristal y llevaba unas ropas que se veían que no eran de él por lo grande que eran. Parecía que me tardé de más admirándolo porque parece que sintió mi mirada y me volteo a ver. Me dedico una sonrisa, parecía aliviado de que no era el único escuchando el monólogo sobre el padre del chico. Yo bostecé y le alce la mano a modo de saludo, mientras ahora era yo el que estaba siendo inspeccionado por su mirada. El chico rubio al ver que perdió la atención del azabache siguió su mirada y parecía que me calificaba para ver si merecía su atención, pero al ver mis ojos se sobresaltó un poco al notar que teníamos los mismos. Hice el mismo saludo con él y hasta ese momento noté que nos quedamos en silencio, mientras ellos me miraban, decidí romper el silencio que se había formado "¿Hogwarts también?" Decidí iniciar por ahí la platica mientras esperábamos nuestros uniformes.
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El Nuevo Black-Harry Potter
General FictionCuando uno cree saber que no necesita nada más en su vida, que no necesita saber como llego a esta este punto, que ya te acostumbraste a tu vida monótona y aburrida, puede llegar a ser muy divertida para el destino y no hace nada de malo algo de ave...