Capítulo II

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ESMERALDA
 

Respiro profundamente para tener un poco de paz antes del espectáculo, es algo que hago desde pequeña.

Oliver tiene su mano entrelazada con la mía mientras nos dirigimos tras bambalinas.

-UN MINUTO- oigo gritar al chico de antes.

Oliver se detiene y me dice:

- Suerte bonita.

- Sabes perfectamente que no la necesito, soy la mejor bailarina de toda Europa.

Suelto su mano y camino erguida hacia detrás de las inmensas cortinas rojas que cubren el escenario.

Me pongo en la posición inicial, cierro mis ojos y vuelvo a respirar profundamente mientras se abre el telón.

Mi mirada se dirige al público, más de mil quinientas personas han venido a admirarme hoy, y no puedo estar más orgullosa de mí.

Empieza a sonar la melodía y me apodero del escenario, la coreografía es sencilla, pero muy atrayente para el espectador.
Mis pasos y giros son perfectos gracias a la gran cantidad de horas que me someto a practicarlos.

El ballet no es solo esto, pasos y giros, es expresarse con tú cuerpo, desenvolverse en el tablado, transmitir el mensaje que quieres hacer llegar al público, es simplemente… la octava maravilla del mundo.

Después de una hora termino mi espectáculo con un gran jeté y una caída liviana y perfecta.

La tribuna explota en aplausos y me inclino hacia delante y doy las gracias.

Estoy muy sudada necesito una ducha inmediatamente.

Me devuelvo al camerino para quitarme el atuendo apretado que cargo, en el trayecto me paran varias chicas que me alagan y me dan la enhorabuena por mi actuación y les agradezco gentilmente.

Me encanta ser el centro de atención y más si es por algo como esto, soy una bailarina increíble y la gente lo sabe, me he preparado toda mi vida para serlo y ahora que he logrado mi sueño estoy más feliz que nunca.

Nada más entrar al camerino tomo una botella de agua del mini bar y me la bebo en segundos, me siento en el sofá a descansar unos minutos, estoy agotada.

Minutos después me levanto y empiezo a deshacerme el traje, tardo varios minutos para poder quitarme el corset, pero finalmente lo logro, me despojo de las zapatillas, quedando solamente las medias pantis y el tutú que saco de mi cuerpo en segundos.

Me miro al espejo y sonrío.

Tengo un cuerpo muy natural, soy bastante delgada, debido al ballet obviamente, pero también por la estricta dieta que llevo, pero eso no significa que me prive de darme algún que otro gustillo cuando se me antoja.

Llevo mis manos a mi cabeza quitándome con sumo cuidado la tiara que cargo en ella, tiene un significado muy especial para mí, pues me la regaló mi abuela cuando tenía cinco años.

Es una tiara de plata con pequeños diamantes incrustados por todas partes y grandes esmeraldas, es una pieza única en su tipo, ya que la crearon exclusivamente para la difunta reina Sofía, la bisabuela de mi abuela, y carga esas magníficas esmeraldas haciendo tributo a mi nombre.

La dejo encima del tocador mientras paseo la mirada por el camerino buscando la caja donde siempre la guardo, la diviso encima de una silla al fondo.

Tomo la caja y vuelvo al tocador y guardo mi tiara.

La puerta del camerino se abre abruptamente, dando paso a Oliver con una mujer a su lado.

La reconozco inmediatamente por lo que pongo los ojos en blanco, genial es la loca de mi madre.

Solo llevo puesto unas bragas blancas de encaje que hacen juego con el sujetador, no me molesto en cubrirme, ya que Oliver es gay y me ha visto incontables veces en ropa interior, y pues ella es mi madre, aunque la odie.

-¡HIJA!- grita eufórica.

Se abalanza encima de mí y me envuelve en un abrazo que ni me molesto en devolver.

-Madre- respondo lo más secamente posible.

-Oh dios mío, mírate, estás muy hermosa.

-Gracias- me limito a responder.

-¿Porque eres así con tu madre Esmeralda? ¡SOY LA MUJER QUE TE DIO LA VIDA!

Por favor que no me haga una escenita digna de un “Oscar” aquí.

-¿En serio quieres que te lo recuerde?- pregunto con una ceja enarcada.

Pone cara de espanto como si no me creyera capaz de hacer una cosa así, nadie conoce mi historia salvo Oliver, que me mira atento con una mirada de no hagas ninguna tontería.

Respiro hondo para calmarme, y le doy a Estefanía mi más hipócrita sonrisa y digo:

-Juzgando por tu cara creo que no.

-¡NO ME PUEDES HABLAR ASÍ SOY TU MADRE!- chilla.

Estefanía siempre ha sido una dramática, hace un escándalo por la cosa más insignificante.

-Oliver por favor, sácala de aquí de inmediato, no estoy para aguantarle dramas a nadie- pido tajante.

Me mira con enfado y la de una mirada a Oliver cargada de veneno pero él parece no notarlo.

La toma del brazo mientras ella forcejea tratando de soltarse pero no lo logra, salen y los pierdo de vista.

Estefanía siempre fue una madre muy cariñosa, la idolatraba de pequeña, era el amor de mi vida, ella y mi difunto padre.

Pero ocurrieron algunas cosas que me llevaron a odiarla profundamente y al día de hoy lo sigo haciendo.

A los cuatro años empecé a bailar ballet, tuve una grandiosa evolución en tan solo un año, y fue cuando mi abuela me regaló mi preciada tiara, me esforcé muchísimo para ser la mejor de la clase, y lo logré. Todos estaban muy orgullosos de mí incluyéndome yo misma.

No me había dado cuenta de que Oliver ya está aquí otra vez.

-Lo siento no pude detenerla, le ha dicho a los de seguridad que era tu madre y la han dejado entrar, no volverá a pasar te lo aseguro- dice arrepentido.

-En serio espero que no se vuelva a repetir, dile a los de la empresa de seguridad que si la vuelven a dejar pasar los despediré- amenazo.

Mi amigo asiente levemente, se acerca y me da un breve abrazo.

No me gustan las muestras de afectos seguidas, pero, con Oliver es diferente lo conozco de toda la vida, tenemos confianza para regalar.

-Voy a vestirme para poder irnos de una vez.

- Vale, te espero afuera entonces.

Tomo mi mochila y saco el vestido y los tacones con los que he venido y me los coloco rápidamente, sigo sudando horriblemente, por lo que tomo una pequeña toalla de papel para secármelo, cuando llegue a mi casa me meteré directo a la ducha.

Me cuelgo la mochila del hombro, cojo la caja donde yace mi tiara, apago las luces y salgo del camerino.

Camino fuera del teatro donde me espera Oliver frente a la limusina, nos abren la puerta de esta y entramos.

El tiempo de llegada a mi apartamento es de unos cuarenta y cinco minutos aproximadamente.

El trayecto se me hace lento y aburrido, no tengo ganas de entablar una conversación con Oliver en estos momentos, recuesto mi cabeza a uno de los cristales polarizados mirando cómo pasan las calles de Madrid.

La limusina se detiene lo que me avisa que hemos llegado.

Salgo de ella y Oliver viene tras de mí siguiéndome el paso, saludo al portero y me encamino al elevador y marco el último piso.

Las puertas del elevador se abren y salgo con paso apresurado.

-Duerme bien Esme- dice Oliver desde el interior del elevador.

-Tú también buenas noches.

Mi mejor amigo y yo vivimos en el mismo edificio, con la diferencia de que yo vivo en el último piso, en un maravilloso pent-house, y él tres plantas más abajo.

Saco las llaves de la mochila y abro la puerta, camino directamente hacia mi alcoba, entrando en el gigante vestidor que poseo, pulso el botón que hay escondido entre los closets dando paso al compartimento secreto donde guardo la tiara y otras joyas de valor.

Dejo la mochila mal puesta en un perchero, qué más da ya lo arreglaré después.

Me dirijo hacia el cuarto de baño, me saco la ropa en segundos y me adentro en la moderna ducha, el agua fría me empapa dejando escapar todo el estrés generado por el espectáculo y la sorpresiva aparición de mi madre.

No tengo ni la más mínima idea de que horas son, pero tampoco me preocupo por averiguarlo.

Tomo del toallero dos toallas, con las que envuelvo mi cuerpo y mi cabello.

Me cepillo los dientes, tomo del vestidor una camiseta holgada y me coloco unas bragas.

Retiro la toalla húmeda que tenía puesta en mi pelo dejándola en el secador, me tiro en mi cama al igual que me cubro con las sábanas y enseguida caigo rendida en segundos.




NOTA DE LA AUTORA:

Capitulo largo jejejeje

Conocieron a la madre de nuestra diosa Esme que les pareció?

Aquí teorías de lo que le pudo pasar a Esmeralda para que odie tanto a su madre

Adjunto una foto del traje que usó Esmeralda en el espectáculo (que describí en el anterior capítulo) y su preciada tiara.

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Sin más los dejo 
Un beso>3

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GIRL ON FIRE [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora