Capítulo III

1 1 0
                                    

HADES

Me siento tranquilo y sereno, como siempre pasa cada vez que estoy en un escenario sentado en la banqueta de mi instrumento predilecto.

No puedo negar que a veces siento nervios como cada persona si se somete a este tipo de eventos.

Pero ya los tengo más que manejados, ya que llevo desde los cuatro años tocando el piano y participando en eventos como el de esta noche.

Tengo entrelazada mi mano con la de Alice mientras caminamos tras bambalinas.

-UN MINUTO- vocifera la chica de antes.

Mi hermana se detiene abruptamente y dice:

-Te desearía suerte, pero no la necesitas.

-Maravillosa deducción.

Tomo su rostro entre mis manos y poso un beso en su frente, lo hago desde que era un bebé.

Agita su mano para despedirse de mí e imito su gesto mientras le dedico una sonrisa de boca cerrada.

La gente me puede tildar de insensible, frío, antipático, que un poco si lo soy, pero con las personas que me importan soy totalmente diferente, solo le doy a conocer a todo el mundo lo que quiero que vean de mí.

Camino hacia detrás de las inmensas cortinas rojas que adornan el escenario.

Observo el impoluto piano de cola negro mientras, paso mis manos por la tapa y la abro, procedo a sentarme en la banqueta mientras acomodo mis manos en la posición correcta.

Esta noche daré un concierto de una hora, ni un minuto más ni un minuto menos, tengo una agenda muy apretada y necesito cumplir con otras responsabilidades.

Tomo una respiración más profunda de lo normal.

Veo como se abre el gran telón que tengo enfrente de mí, dando paso al público que ha venido a verme tocar hoy, junto a los grandes focos de luz blanca que apuntan en mi dirección.

El concierto se transmitirá en vivo en todo el mundo, esto catapultará mi carrera hasta la cima.

Comienzo a mover mis manos entorno a las teclas del instrumento dando inicio a Liebestraum n°³ una obra de Franz Liszt.

Su título Liebestraum, significa “sueño de amor”, que es precisamente lo que Liszt evoca en esta pieza. Un fluir ensoñador y mágico nacido de un poema de Ferdinand Freiligrath al que Franz puso música.

Cuando estoy tocando el piano me adentro en mi propia burbuja de sensaciones que no puedo describir, es algo inexplicable, tocarlo me da una paz increíble.

Termino el concierto con una de las obras más famosas de Dmitri Shostakóvich, Vals n°².
Una danza que toma la teatralidad soviética y la combina con un aire de ligereza romántica creando así algo realmente profundo.

He terminado el concierto con broche de oro, lo sé, por la bandada de aplausos que recibo  de la multitud.

Les doy una rápida reverencia y me retiro.

Camino hacia el camerino topándome con varias personas que me dan las felicitaciones por haber tocado maravillosamente. 

Nada más entrar al camerino me despojo de los guantes blancos que llevaba para evitar el sudor de mis manos al tocar.

Aflojo la molesta corbata y me deshago de la gabardina, arremango las mangas de la camisa hasta mis antebrazos y me recuesto en pequeño sofá que hay aquí.

La puerta es abierta dando paso a Alice seguida de Lucía.

Mi hermana se abalanza hacia mí mientras las sujeto para que no se estrelle contra el suelo.

GIRL ON FIRE [en proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora