1999

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En la punta de una colina bajo un viejo árbol se encontraba Alberto, un Alberto ya mayor y cansado. La tarde bañaba su pelo canoso de colores cálidos, sus manos se apoyaban cuidadosamente sobre el árbol mientras intentaba torpemente sentarse en un tronco hueco que yacía tirado en el piso. Un hermoso atardecer tenido de azules, rojos y violetas recibía la mirada de aquel hombre.

— ¿Recuerdas todas las veces que vinimos aquí Luca? — decía este con un tono melancólico mientras miraba el hermoso atardecer y el viento ondeaba su pelo rizado. — esos veranos fueron tan maravillosos. Cuando te fuiste en el tren la primera vez sentí mi corazón empezó a inundarse de tristeza, tenía miedo, mucho miedo de que te fueras y jamás regresaras como lo hizo alguna vez mi padre.

Pequeñas lágrimas empezaron a brotar de sus ya cansados ojos, Alberto tenía para ese entonces cercas de 60 años. Le gustaba ir a ese lugar apartado para dejar volar sus pensamientos, era su lugar favorito en todo Portorosso, claro después de la torre, a la cual había dejado de ir hace unos pocos años, su avanzada edad y sus años trabajando como pescador ya le estaban cobrando factura y se le dificultaba nadar grandes distancias.

— Pero el verano siguiente cuando te vi bajar del tren y comenzaste a correr hacia mí, morí de felicidad en ese instante, los sentimientos que brotaron de mi eran tan confusos. Pase mi mano sobre tus suaves risos, habías crecido un par de centímetros más, pareciera que el tiempo se detuvo, en ese momento solo estábamos tú y yo. Te tome entre mis brazos y te abrace tan fuerte, no quería soltarte, te había extrañado tanto, cuando el abrazo termino pude ver tu cara, tus hermosos ojos color chocolate, estaban cristalinos, estabas a punto de llorar, limpie la pequeña lagrima que caía por tu mejilla y tu solo atinaste a decir "Te extrañe" con tu voz entre cortada, te costaba conectar palabras. Pasamos todo ese verano juntos, las idas por las tardes a la torre, los fines de semana en nuestra base secreta junto a Giulia, fue la primera vez que dude si en realidad lo que sentía por ti era más que una simple amistad.

Ese fue el primer verano en el que Alberto Scorfano había tenido sentimientos raros hacía Luca Paguro, pero los sentimientos eran tan confusos para él, que por el temor de que su amistad terminara decidió ocultar los por unos cuantos años más.

— Aún recuerdo ese verano de 1967 te veías tan hermoso en tu toga de graduación, tu sonrisa deslumbrante hacia mi corazón latir tan rápido que sentía que podía morir en cualquier momento. Nunca me arrepentí de vender esa Vespa, tu felicidad valía más que toda las Vespas en el mundo. Y fue esa misma noche, en tu fiesta de graduación dónde me besaste por primera vez. Tú te veías muy seguro de lo que hacías y yo fui tan torpe. — una pequeña risa salió de su boca al recordar los momentos que pasaron juntos en aquel entonces.

Por la noche Luca tuvo su fiesta de graduación, las luces, la música, el salón junto al mar adornado con globos y serpentinas de diferentes colores, todo era perfecto, incluso estaba con las personas que más quería en el mundo.

¿Qué más podía pedir?

Tomo a Alberto de la mano y lo arrastro al centro de la pista, bailaron y bailaron hasta que después de un rato la música movida dejo de sonar para abrir paso a una lenta tonada romántica, ambos estaban algo apenados pues las parejas a su alrededor empezaron a bailar más pegadas. Luca tomando la iniciativa se acercó más a Alberto puso su mano izquierda en el hombro de este y sujeto con la derecha la mano libre de Alberto. La noche parecía que era eterna entre pasos y música lenta, fue entonces que Luca tomo la mejilla del chico de ojos color esmeralda se acercó lentamente cerrando sus ojos, nervioso de lo que estaba a punto de hacer, sus labios se juntaron en un tierno y torpe beso, el cual fue correspondido de la misma manera por el otro.

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⏰ Última actualización: Oct 28, 2021 ⏰

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