Round 7

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Domingo, feriado para casi todos, casi toda la clase tenia algún lugar en el que estar hoy, algunos verían a su familia, otros irían al centro comercial, otros tenían citas, pero había dos personas en particular que no tenían ningún plan de salir este día... ¿Quiénes serán estas personas? Pues es bastante obvio. Ochako e Izuku, la chica no tenia que hacer en realidad, pues sus padres aun estaban lejos como para poder ir a verlos y no podía hacer un viaje tan largo para simplemente volver casi de inmediato. Por el otro lado, Izuku había querido ir a su madre, pero esta había salido de la ciudad para ver a un familiar que vivía lejos, este viaje tardaría unos días, por lo que no estaría hasta el otro fin de semana.

Ochako estaba en la sala de estar de los dormitorios, estaba viendo algo de televisión para matar el tiempo, mientras que Izuku estaba afuera en el patio entrenando, cuando de pronto, tras una pausa para refrescarse, se dio cuenta de que ya no tenia agua. Izuku entró a los dormitorios con algo de sudor cubriéndolo, y al hacerlo, vio a la linda castaña sentada en el sofá mientras cambiaba de canal buscando el que ver. 

Izuku estaba nervioso, ya sabia que solo iban a estar ellos dos en esos dormitorios, pero el saber que estaría a solas casi todo el día con la chica de sus sueños no era algo fácil de llevar, así que había optado por entrenar.

Izuku: U-Uraraka-san, hola.

Con un pequeño salto, la chica desvió la mirada hacia el y se sonrojó intensamente, como desearía poder tener una cara de póker como la de Tsuyu, el peliverde estaba algo agitado por su entrenamiento y una capa de sudor lo cubría, lo cual hacia brillar aun mas su piel.

Ochako: H-hola D-Deku-kun ¿Y-ya terminaste de e-entrenar?

Izuku: Eh... S-si ya terminé, quise relajarme u-un poco ya que es f-fin de s-semana.

Mentiroso, Izuku solo había entrado por mas agua, pero cuando vio a su amiga ahí sentada sola y aburrida se sintió mal, le gustaba verla sonreír, o por lo menos sonrojarse cada vez que el le decía algo como en los días anteriores aunque esa fuera un arma de doble filo.

Ochako: B-bueno, ¿P-por que no nos sentamos a ver algo juntos?

Izuku: Esta bien...

Izuku no lo pensó mucho y se sentó junto a la chica, y cuando lo hizo, Ochako deseó haber sido capaz de hacer esto antes. El olor que el chico emanaba era obviamente a sudor, no era un olor que la gente considere placentero, pero por algún motivo ese olor, estaba provocando reacciones muy particulares en la castaña. Las hormonas de la chica se estaban comenzando a alborotarse, por algún motivo le encantaba el olor del sudor post-entrenamiento del muchacho, y sin darse cuenta, esta comenzó a acercarse cada vez mas al chico para poder sentir el olor con mas intensidad. De un momento a otro el chico se levantó, con la cara roja de vergüenza ¿La razón? Bueno, por estar perdido en los ojos de la castaña no pensó bien las cosas y se sentó sin considerar que estaba sudado, y cuando se dio cuenta de que la chica había acercado su cara a el mientras lo olía pensó que la chica le daba una indirecta de que estaba apestoso.

Izuku: ¡L-lo siento U-U-Uraraka-san! ¡M-me iré a bañar primero debo estar muy apestoso! ¡L-lo siento!

Y con eso el muchacho se marchó corriendo a las duchas para quitarse el mal olor. Ochako estaba rojísima, sin pensarlo se había comenzado a acercar al pecoso sin ningún respeto al espacio personal, lo había comenzado a oler intensamente y de haber seguido así... ¿Qué hubiera pasado? Esa pregunta la volvía loca, no sabia a lo que se hubiera atrevido, estaba tan hipnotizada con su olor que no razonaba. Luego de un momento se dirigió a la cocina y se sirvió un vaso de agua muy fría, con suerte eso la ayudaría a relajarse.

Los minutos pasaron y tras un rato el chico volvió a la sala de estar, donde la chica yacía sentada en el sofá otra vez.

Izuku: Uraraka-san, y-ya volví.

Aprendiendo a CoquetearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora