i.suficiente-Aidan

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Negar tu enamoramiento sería una gran mentira, más cuando se trataba del chico ojos verdes que era amigo de la mayoría de la escuela. No se le podría denominar popular, sólo un buen amigo.

Era amigo de todos, excepto tuyo, y como no, si te la pasabas con la nariz enterada en un libro viendo como reía con los demás; se podría decir que es acoso si fuera otra persona.

Había un pequeño problema, tú eras un año mayor que él, por lo que se te hacía más difícil acercarte, no serías la primera persona que es mayor que él en hacerlo, pero algo te decía que no sería bien visto estar con alguien menor que tú aunque sea un año.

Mientras el ojos esmeralda trataba de acercarse, tú simplemente huías o evitabas hacer contacto visual, te ponía los pelos de punta con sólo tenerlo cerca. Cosa que tu mejor amigo no pasó desapercibido.

— ¿Otra vez? —preguntó en un suspiro frustrado—, llevas así desde que vamos en segundo año, ¿cuándo le hablarás?

— No puedo —dijiste sentándose a su lado—, no es sencillo. Enserio me gusta, pero sé que voy a cagarla.

— Si no lo intentas no podrás saberlo.

— Ese es el problema, tampoco quiero intentarlo. Me da miedo no ser lo suficiente para él —te recostaste en la mesa.

Tu mejor amigo te vio con una suave sonrisa, no era secreto que ponías a los demás por sobre de ti.

— ¿Sabes? Si él no te hace caso se pierde de tener a la mejor persona a su lado —sonrió poniendo una mano sobre tu cabeza, dando leves palmadas en la zona—. No deberías tener miedo, eres muy buena persona.

— No quiero quedar en vergüenza.

— No lo harás. Pronto nos graduaremos y ya no volverás a verlo —dijo, llamando tu atención—, sólo inténtalo.

— ¿Qué pasa si me rechaza?

— Siempre puedes ir a llorar a mi casa mientras vemos letras de canciones tristes. Anda —te codeó.

Te levantaste de tu lugar con la idea en la cabeza de por fin decirle lo que sientes, decirle lo que tanto querías que él supiera. O eso planeabas, ya que saliste corriendo cuando sólo te sonrió.

— No puedo —te llevaste las manos a la cabeza—, no quiero —susurraste con frustración.

Los nervios te consumían y quedar en ridícula enfrente de muchas personas era lo que más te aterraba, si bien, convivir no era tu fuerte y eso muchos lo sabían.

— Hola.

Te quedaste en tu lugar, como si tuvieras pegamento en los pies y eso te impedía girarte y verle la cara. Tu corazón casi se sale de tu pecho al ver que él se puso frente a ti.

— ¿Estás bien? —preguntó buscando tu mirada, pues la clavaste en el suelo.

— Sí, yo —tragaste duro—, sólo tengo cosas que hacer.

— ¿Quieres que te acompañe? Escuché que vas en el club de lectura, tal vez podrías enseñarme algún libro y así tal vez, no lo sé, hablar —se encogió de hombros.

— Sí —asentiste frenéticamente haciéndolo reír.

Las semanas pasaban y ambos estaba cada vez más confundidos, sus sentimientos ya no eran un simple juego o algo por lo cual pasaban desapercibido. Esta vez era enserio, empezaron a salir cuando se quedaron hasta tarde jugando con el celular.

Su relación era más que sana, pero, había un problema, para variar, tú no sabías tener una relación seria. Y por más que Aidan te tuviera paciencia, cada persona tiene un límite y estabas empezando a tocar el suyo.

— No contestaste mis mensajes —dijo él.

— No vi mi celular —dijiste sacando el mencionado—, lo siento —murmuraste al ver el montón de llamadas y mensajes perdidos— Ya no...

— Volverá a pasar —terminó por ti—, es la tercera vez en el día que me lo dices.

— Lo siento en serio, no es a propósito.

— ¿No crees que... deberíamos darnos un tiempo?

— ¿Mmh?

— Tú estás todo el día en tus estudios que casi no tienes tiempo para contestarme, deberías de concentraste en eso y luego en mí.

— No... no, no, sólo serán unos días, trataré de contestar —hiciste una pausa—, ¿estás tratando de terminar conmigo sin que yo me dé cuenta?

— Cariño, siempre estás haciendo algo que te distrae y me descuidas, por así decirlo.

— ¿Entonces quieres?... yo desde un principio sabía que no era una buena opción para ser tu pareja, deberías de buscarte a alguien que te haga satisfacer en todos los sentidos.

— Cielo, tú eres la persona más maravillosa que he conocido —dijo acariciando tu mejilla.

— ¿Lo dices en serio o sólo para que no me sienta mal?

A él le sorprendió un poco la pregunta, no tenía idea de cómo te sentías, según él eras una persona segura.

— Tal vez deberías salir con alguien más, mientras tú seas feliz yo lo estaré —asentiste viéndolo—, no hay problema si quieres ir con alguien más, lo entendería.

— ¿En serio crees que necesito a alguien más? Yo sólo quiero que no te estreses —siguió acariciando tu mejilla.

— Entonces, ¿no estás molesto o algo así?

— Claro que no —sonrió sin dientes.

— Menos mal —suspiraste agachando la cabeza.

Envolvió tu cara con sus manos y se inclinó para dejar un beso en tu frente.

— Eres más que suficiente para mi —dijo contra tu frente y volvió a depositar un beso ahí.

One shots-AG//CHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora