iv.mal-cinco. fem!

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Si bien, él sabía lo que le corresponde, la mayoría de los asesinos van a la cárcel, con esposas en la muñeca y esperando un destino posiblemente doloroso.

Ese podría ser el destino de Cinco Hargreeves, de no ser por su poder de teletransportarse y su padre, quien lo regañó y humilló fuertemente frente a sus hermanos.

Tú no estabas enterada, no vivías con ellos, no eras una Hargreeves, pero como a Cinco y a ti les gustaba jugar, eras de Hargreeves.

Ese día no te diste cuenta de lo mucho que estaba conteniendo las lágrimas para no derrumbarse frente a ti, no quería preocuparte. No le gustaba que la gente lo viera con lastima.

Sin embargo, le fue muy difícil no romperse frente a ti. No quisiste preguntar, sabías cómo podía llegar a enojarse si hacías preguntas obvias y los dos terminarían disculpándose luego de varios días.

Tomaste su mano envolviéndola con la tuya, atrajiste su cabeza hasta tu hombro, dejando que se desahogara ahí mismo, brindándole caricias a su mejilla.

Él no estaba llorando por el regaño de su padre, estaba llorando por la persona que temía llegar a ser. La persona con la que podrías estar. Y es por eso que llegó a una decisión:

— Debemos terminar.

— ¿Tuve la culpa? —preguntaste algo asustada.

— No, pero necesito un tiempo para aclarar la mente.

— Puedo ayudarte si así lo quieres, puedo salir a caminar contigo, puedo... puedo escucharte, por favor no me dejes —apretaste su mano acercándola a tu pecho—. En serio te quiero, en serio lo hago, ¿me faltó?...

— No, no fue tu culpa, cariño —interrumpió—, pero necesito tiempo. Tú no eres responsable de nada más que de mi felicidad —dijo depositando un beso en tu frente—. Sólo serán unos días y prometo que volveré.

— Eres lo único que me queda —murmuraste viéndolo a los ojos—, no quiero que me dejes.

— No lo haré, tenlo por seguro. No creas que me iré para siempre, en serio volveré —dijo levantándose de la orilla de la cama.

— Cinco...

— Nos vemos luego.

Fue lo último que escuchaste antes de que él se teletransportara, lejos de ti. Te quedaste muda, ¿qué se supone que debías decir? Lo único que te reconfortaba era él, tener problemas familiares no era muy agradable, y no eran peleas en sí, era la atención y cariño.

Cuando Cinco y tú se conocieron eran personas ajenas al afecto, fue muy valiente de tu parte darle un abrazo hasta que él se dejara embriagar por tu aroma. Los dos cayeron en el efecto del amor y decidieron intentar algo.

Para bien o para mal, nadie sabía de su relación. Cosa que probablemente estuvo mal, tus padres encontraron las notas que alguna vez se mandaron y te dieron, literalmente, la paliza de tu vida.

No podías negar que pensabas que eso estaba mal, y que no te lo merecías, eras una adolescente que quiere vivirla como tal, pero, como era de esperarse, ellos nunca lo comprendieron.

ser la única mujer en tu casa es complicado, eres niña de papá frente a otras personas, mientras que la realidad es que te pongan a lavar los platos si quieres tener novio.

"Debes aprender lo que tu mamá hace si quieres tener novio"

Esas mismas palabras te dijo tu papá al encontrar tus cartas con Cinco, luego simplemente te gritó y golpeó hasta que él dedujo que te cupo en la cabeza. Dejó la puerta de tu habitación abierta y te ordenó que la limpiaras.

Desde ese día te encierras con la llave dentro, no les tienes miedo, les tienes repugnancia; tu mamá no hizo nada al respecto

"Te lo mereces".

Fue lo que ella dijo. Tal vez un día los perdones, tal vez no, lo único que querías en este momento es tener a tu lugar seguro; Cinco.

Los días pasaban y no sabías nada de él, ni siquiera cuando dormías y él dejaba un beso en tu frente como diciendo "buenas noches". No, sólo estabas tú y la luz de noche que prendías.

Muchas veces lo esperaste, pero nunca llegó.

— ¿Hice algo mal? —murmuraste viendo el techo, como si él te escuchara—. ¿Enserio no fui yo la que causó que te fueras?

Encendiste tu celular y empezaste a entrar de aplicación en aplicación, hasta que un video en particular te llamó la atención.

Abriste los ojos y sentiste que el corazón iba a salir y explotar; te levantaste de la cama y tomaste un abrigo, te quedaste en la puerta pensando si eso era lo correcto.

Te regañarían cuando volvieras.

No importa.

Saliste con cuidado y nadie se dió cuenta, corriste lo más rápido que tus rodillas aguantaban y al estar frente a la cinta amarilla de policía te detuviste, tuviste que empujar a mucha gente para llegar al frente.

La casa Hargreeves, rodeada de policías, y Cinco estaba esposado.

— Cinco —susurraste, como si te estuviera escuchando.

El oficial le dio vuelta al joven, sin máscara, y todos soltaron una exclamación de asombro. Nunca nadie los había visto sin la máscara, excepto tú.

Levantó la mirada, no lo conocías, era como si no lo conocías. Su mirada era sombría y sin reacción alguna.

— ¡Cinco! —llamaste, tragándote la vergüenza.

Él volteó en tu dirección y los ojos se le nublaron. ¿Por qué exactamente tú lo tenías que ver ahí? Él supuso que lo verías por las noticias.

Ninguno forcejeó por acercarse al otro, no querían armar escándalos.

— ¿Por qué lo arrestaron? —preguntaron a tus espaldas.

— Asesinó a tres personas.

Palideciste en tu lugar y lo veías con horror. Cinco no haría eso, Cinco no es capaz. ¿Estamos hablando del mismo que te regala piedras en forma de corazón? Sí.

Debía tener sus razones para hacerlo. Por algo los mató, pero ellos ya sabían que esto podía pasar, la policía.

— Es menor de edad. Lo enviaremos a la correccional por unos años, hasta entonces, ya no existen los Hargreeves.

Ya no existen los Hargreeves...












perdonen las faltas de ortografía, estaba apurada y me quedo perron, okno es una kk, pero yeros publicar algo

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2021 ⏰

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