7. Eliminación voluntaria

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Emilio.






















No, esto no podía ser real, esto no podía estar pasando. Esto era una broma, una mala y dolorosa broma.

Alexis no estaba muerto, ¡no podía estarlo! Pero mis ojos ven aquel yacusi en donde horas antes nos estábamos divirtiendo ahora pintado de un color rojo en aquella agua que nos produjo bienestar.

Del rojo de su misma sangre.

Todo parece una horrible película de terror donde ahora nosotros somos los protagonistas.

Marco, Rayan y Oliver están sentados a mi lado con sus rostros pálidos, lágrimas descienden por sus mejillas. Así como las chicas, pero ellas están en un estado de shock, ninguno de nosotros podemos asimilar lo que está pasando, es imposible. Esto es completamente imposible.

— Chicos.....— la voz cortada de Luisa nos hace girar hacia donde su brazo tembloroso está señalando. Las chicas chillan y nosotros temblamos de miedo al ver las letras pintadas con sangre en las paredes de la gran casa en la que estamos.

Bienvenidos al Juego de la Muerte.

— No, no, no — Mila comenzó a alzar la voz — Esto no nos puede estar pasando, debemos irnos de aquí antes de que alguien más termine como Alexis.

— ¿Acaso no has visto lo que acaba de pasar? — Marco le preguntó con completa decepción — Alexis tocó el pomo de la puerta y le quemó la mano. Si el yacusi se llenó de clavos no dudes en que algo más en esta casa puede resultar un peligro aquí.

— Y entonces, ¿cómo se supone que saldremos de aquí?

Gracias a esa pregunta ninguno de nosotros tuvimos la respuesta correcta, ni siquiera sabíamos el porqué de las cosas, pero me atreví a mirar a Keisly esperando a que ella me dijera que esto realmente era un sueño, una horrible pesadilla. Ella seguía mirando hacia el yacusi, entonces me paré y a pasos temblorosos me acerqué a ella — ¿Qué está pasando aquí, Keisly? — no se atrevió a mirarme, eso solo me alteró aún más — ¡Contéstame! — la tomé de sus hombros y la sacudí. Necesitaba respuestas ya mismo y esta vez no me iba a quedar con los brazos cruzados.

— ¡No lo sé! — me empujó — ¡Yo tampoco lo sé!

— ¡Te dije que esta casa no me daba buena espina! Desde el primer momento en el que me contaste la historia de esta casa sabía que mi cabeza me decía que lo mejor era salir de aquí, no sé en que momento me atreví a aceptar venir aquí sabiendo lo que había detrás de todo esto.

— ¿Qué estás diciendo, Emilio? — giré hacia Rayan al escucharle, todos los chicos estaban de pie, mirándonos con completa extrañez — ¿Qué hay detrás de esta casa?

— Es sólo una vieja historia — respondió Keisly, lo cual me hizo apretar mi mandíbula. ¿Por qué seguía negando algo que era obvio? ¿Cómo podía seguir negando algo que prácticamente ocasionó la muerte de Alexis?

¿Es que acaso no ha notado lo que está pasando?

— Dios, cállate — me miró atónita. Decidí pararme delante de mis amigos para encararlos y decirles la verdad — Ayer vine con Keisly a esta casa, desde el primer paso que di aquí adentro supe que esta casa tenía algo que no me gustaba y no fue para menos. Sus vibras eran pesadas, sentía que había algo mal. Entonces, Keisly me contó que esta casa tenía una historia detrás que no era para nada linda.

— ¿De qué trataba la historia, Emilio? — me preguntó Ingrid.

— Hace años un niño murió en esta casa — me tensé al escuchar la voz de Keisly. Volteé a verla, ella seguía mirando el yacusi como si estuviera mirando algo en específico, algo....algo que también le miraba a ella, ¿quizá?

El Juego de la Muerte [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora