13. ¿Fin del Juego?

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Disfruten de estas 10 mil palabras llenas de confusión. 💥










Lean bajo su propio riesgo.




































Final.

















































Emilio.






























Ahora con más sentido tenía miedo. No mucho, demasiado, en exceso. Hasta podría decir que aquel ambiente erótico se había convertido en uno tétrico lleno de temor y horror. Los ojos carmín de Joaquín ya no destilaban deseo, sino la viva sed de algo.

Pero no sabía exactamente de que.

Quería correr, quería gritar o hacer lo que sea.

Aquel ruido me dio por lo menos la viva idea de que mis amigos habían logrado escapar. ¿Qué si sentí alivio? No, ahora sentía miedo por mi vida, por lo que Joaquín me haría. Pero no se movía y eso me asustaba más.

Me miraba, pero yo no podía mirarle devuelta.

Entonces, escuché un grito que me hizo apartar la mirada.

Un grito de una voz que yo realmente conocía a la perfección. Tenía años escuchándola. Era Keisly. — ¡EMILIO!

Cuando devolví mi mirada hacia Joaquín retrocedí al notar que se había levantado. Aquella cuchilla seguía en una de sus manos mientras que un bóxer le cubría. Bóxer que no sé en qué momento logró ponerse — No — temblé al escuchar su voz, algo ronca derramando advertencia — No des un paso más — advirtió.

— Joaquín — tragué pesado mientras levantaba brevemente mis manos en señal de paz — Hablemos como la gente civilizada.

— ¿Hablar? — se burló — De donde vengo así no se resuelven las cosas y menos un engaño.

— Yo no te engañé — admití.

— ¿Ah no? ¿Apoco me vas a negar que me estabas distrayendo para que no me diera cuenta de que tus amigos estaban avanzando?

— Pues si te lo niego — tomé aire antes de seguir respondiendo. Debía lucir seguro — Dejé a mis amigos para que ellos mismos buscaran una salida mientras que yo iba por otro lado. No es mi culpa haber acabado en esta habitación — él inclinó su rostro encontrando la mentira en mis palabras — Después me hiciste aceptar tu maldito trato y por eso estoy aquí — no respondió — Pero, ¿sabes qué? El que debería estar molesto porque le mintieron soy yo, con esto — le señalé — Me doy cuenta de quien realmente es el enemigo aquí.

Sonrió al escuchar lo último — Si el malo fuera yo, tú no seguirías con vida Emilio.

— No quieras confundirme más, tú desde un principio me dijiste que estabas para protegerme, pero no a los demás. Y creo saber por qué, ya que yo te saqué de aquella Tablet, ¿no? Por eso no hacías nada para ayudar a mis amigos y da la casualidad de que siempre sabías lo que debíamos hacer. Todo conecta, ¡eres tú! Keisly tenía razón a todo lo que me decía de ti.

— Pues si tan lista es tu adorada Keisly para ti por qué no mejor utilizas esas opciones que conectan que tienes en tu cabeza y descubres por qué ella siempre sabía a donde ir. Lo que significaban las pistas y el manejo del juego en general — mis cejas bajaron — ¿Acaso ella nunca te dijo nada acerca de nuestra plática? ¿No te contó de como a cambio de su vida ofrecía a sus amigos incluyéndote a ti? — algo dentro de mí se detuvo, la decepción comenzó a calarme — ¿Quién crees que les invitó a jugar? Pues ella, ¿quién más? Pero déjame decirte que cumplió muy bien con todo lo que se le ordenó, como ocultar sus teléfonos, engañarlos diciéndoles que solo sería una fiesta y diciéndoles que ella no sabía absolutamente nada mientras que lo sabía todo. Excepto el como salir de aquí.

El Juego de la Muerte [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora