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Librerías.

¿Qué son las librerías?

Muy simple, un lugar dónde se venden libros. Puedes hojearlos, mirarlos, abrirlos, tocarlos y en algunos casos leerlos, pero no completos. Si lo que quieres es poder degustarlo hasta el final entonces debes ir a una biblioteca. En ella puedes hacer todo lo anterior pero también puedes hacer lo último.

Para muchas personas, las librerías sólo eran un lugar que ofrecían una venta de articulos, es decir, libros.

Un sitio común como cualquier otro sin ningún trasfondo especial. Porque no todos se conectaban con las historias de la misma manera, no todos podían hundirse en los sentimientos profundos de un personaje.

Este último grupo de personas eran las que consideraban una librería como uno de los lugares con más paz en el mundo. Porque un lugar como ese es uno en el que ellos saben cómo comportarse apenas ponen un pie dentro, en silencio.

El único sonido que podía escucharse en aquel espacio era el pasar de las hojas, el choque de un libro contra otro, el de los zapatos pisando la alfombra, entre otros.

El silencio es el sonido que trae más paz.

Una de las personas que consideraba una tienda de libros su rincón en el mundo era Iwaizumi Hajime, quién trabajaba a cargo de una de ellas.

No importaba cuánto ganara porque estaba en su zona, su ambiente, su hogar.

Hoy en día los niños no se interesaban mucho en leer, por lo general. Ellos preferían disfrutar su tarde con los nuevos aparatos tecnológicos en lugar de digerir una buena historia, y en parte, Hajime lo agradecía. Lo último que quería era que aquellos mocosos ruidos ingresaran a su tienda y molestaran a quiénes si deseaban tranquilidad.

Ahora bien, ¿Cómo podría describirles este lugar en el que trabaja este bello hombre? Bueno, la palabra sería antigua.

Si no fuera porque las ventanas se mantenían limpias cualquiera creería, al pasar por afuera, que era una tienda de antigüedades. Esto se debe a que dentro había muchas columnas que se alzaban con libros simulando ser pasillos, pero éstas estaban fabricadas con una madera de hace muchos años y la misma se encontraba muy desgastada. Todo el lugar se veía bastante gris y marrón beige, ese color claro que era sinónimo de viejo y aburrido.

Claro que el pelinegro tenía dinero para remodelar el lugar, pero sentía que si lo hacía la tienda perdería su esencia. Así como estaba era más que perfecta para él.

Como cada viernes de la semana se encontraba abriendo las cajas con los nuevos libros para colocar en las estanterías. Hajime tenía un pensamiento bastante antiguo de que los libros de antes eran mejor, pero no porque los nuevos escritores fueran malos, sino, porque era un amante innato de la literatura clásica.

No importa cuántas personas le dijeran que había historias muy buenas actualmente, él siempre preferiría quedarse con sus amigos Agatha Christie y Robert Louis Stevenson.

Ambos fueron escritores de sus dos géneros favoritos, aventuras y fantasía por un lado, y novelas policiales y suspenso por el otro.

Siempre se mostraba como un hombre que amaba leer crímenes y fantasía en lugar de romance, porque así lo prefería; pero aunque no quiera admitirlo, muy en el fondo sabe la razón por la que detesta tanto las historias de amor, y era por temor.

Tenía miedo de algún día enamorarse de alguien y ser débil. Sabía que el amor era un sentimiento venenoso, mientras más pasa el tiempo, más rápido se extiende a través de tus venas y más rápido te consume.

I hate you || Iwaoi [En Curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora