PARTE I: Celo

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La guerra ha terminado, tres semanas ya han pasado, todos tratan de volver a la normalidad, los primeros días fueron un completo desastre, pero ahora todo vuelve a la calma, los muertos han sido honrados y los escombros comienzan a ser levantados; aunque solo hay un inconveniente y es que todos se preguntan ¿Dónde está el salvador del mundo mágico?

Luego de los funerales Harry desapareció por completo, siendo su familia los únicos que saben lo que está haciendo. Ha pasado sus días cuidando de Severus Snape, cuando Harry acabó con Voldemort no perdió más tiempo y se apareció en la casa de los gritos en dónde habían dejado a un moribundo profesor de pociones, Harry agradece la astucia de Snape por andar preparado con el antido que había creado previamente cuando salvo al Señor Weasley de la mordedura de Nagini.

Puede recordar el llegar y ver a Severus sumido en la inconsciencia, cuando lo tomo en sus brazos se sentía tan liviano, tuvo que llevarlo todo el camino temiendo que al aparecerse pudiera pasarle algo peor, Poppy es rápida en tratarlo aunque con un poco de renuencia, pues solo Harry sabía de sus verdaderas lealtades, mientras estaba en un coma mágico muchos de los seguidores que aún quedaban de Voldemort quisieron llegar hasta el traidor de su amo, por lo que Harry tomo la decisión de llevarlo al número doce.

Severus se despertó del coma al octavo día, para sorpresa de Harry no había molestia en su mirada, más bien un poco confundido pero tranquilo al verlo, se encargó de contarle todo lo que sucedió en la guerra y en los siguientes días, dándole la noticia de que ha sido liberado de todos sus cargos, Severus no hacia más que asentir o hacer expresiones con su rostro, pues sus cuerdas vocales aún estaban un poco dañadas.

Y los días pasaban, Harry siempre le hacía compañía, le contaba sobre lo que estaba sucediendo afuera, aveces eran anécdotas de su vida o solo acompañarlo mientras leen un buen libro. Harry se sentía satisfecho de ver que el Omega ganaba un poco de peso, la palabra Omega hace que  en su cabeza se repite todo lo que poppy le dijo.

- ¿Estará bien?

- Se recuperará, pero necesita de muchos cuidos, esto no tendría que decírtelo pero ya que te harás cargo de el es importante que lo sepas.

- ¿Que sucede ?

- Severus es un Omega...

- ¿Omega? Pero el no tiene... Siempre nos hizo creer que era un beta.

- Severus ha estado usando inhibidores para ocultar su aroma y supresores para controlar sus celos, esto es lo que ha estado perjudicando su salud, es por eso que está en un mal estado de desnutrición, también debemos desintoxicar su cuerpo de todos los inhibidores y supresores que ha tomado.

Esa fue sin duda un noticia que hizo un lío en los pensamientos de Harry, desde que conoció a Severus sintió algo por el, no puede llamarlo amor pues aún era un chiquillo, era más un sentimiento de admiración, luego pasaron los malos ratos, las sospecha, el enamorarse del principe mestizo, aunque en su momento no sabía quién eran en realidad siempre pensó en Severus, y fue una sorpresa grata descubrir que el era en realidad. Harry no puede negar que siente algo por su profesor.

Cuando las feromonas de Severus empezaron a sentirse Harry podría jurar que se encontraba en el cielo, el olor a hierba buena y menta es exquisito como un soplo de frescura, Severus se sentía avergonzado, desde hace años que no sentía sus propias feromonas y el saber que Harry un alfa extremadamente guapo las podía sentir era penoso, su olor no era dulce como el de todos los omegas, debe ser desagradable para el menor.

A finales de su segundo mes en el número 12, Severus puede empezar a hablar, es un poco incómodo los primeros días, pero poco a poco se acostumbra, ahora pasan más entretenidos, Severus comienza a contarle sobre su tiempo en la escuela, incluso le cuenta sobre Lily y los merodeadores. Hermione y Ron comienzan a visitarlos también, Severus se siente un poco cohibido al principio, pero sorprendentemente sus ex alumnos tratan de hacer un ambiente ameno para el.

Celo, Marca y NidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora